DE
LOS JARDINES ORNAMENTALES A LOS JARDINES PRODUCTIVOS AGROECOLÓGICOS:
Por:
Oswaldo Garrido.
"Tenemos que organizarnos para el trabajo
liberador y el trabajo productivo".
Hugo Chávez: Aló, Presidente, número 373, transmitido
el 27 de marzo de 2011
El 16 de septiembre de
1532, cuando los conquistadores españoles entraron a la ciudad de
Moctezuma, el conquistador y cronista de
india, Hernán Cortez quien acompañaban Francisco Pizarro, hicieron una
descripción extraordinaria de dicha ciudad. Según dicho cronista, la ciudad no
era amurallada como las europeas, estaban adornadas con esplendidos jardines, poseía
un zoológico, piscina para la cría de peces en cautiverio, peces de agua dulce
y salada, acueductos, aéreas religiosas y deportivas.
El mismo cronista,
destaca que al retornar a los dos años, ya el imperio había sido destruido,
Moctezuma asesinado, destacaba en su relato, que la ciudad había perdido la
esplendor antiguo, las aguas cristalinas de los acueductos contaminas con todo
tipo de inmundicias humanas.
Marco Polo en su largo
viaje desde Italia a la China, realizo una descripción de los Jardines
colgantes de Babilonia, coloco su énfasis en una aérea cultivada con melones,
que como junco trepaban por las viejas columnas.
Ambos relatos tienen en
común, las ciudades que antecedieron a la modernidad conjugaban lo jardines
ornamentales con la producción, en ella el hombre y naturaleza se encentraba en
con-unión o en comunión, en una dialéctica con-vivial orientada a la producción
de la vida material y simbólica conectada con el cosmos.
Con el renacimiento, concretamente con el
nacimiento de las ciudades-estados, núcleo fundacional del proceso originario acumulación
del capital, es donde se produce la separación-divorcio de la relación hombre-naturaleza. El primer teórico que se
percato de esta terrible dicotomía fue Carlos Marx.
Según Marx, La
conciencia es un producto social directo e inherente a la existencia de los
hombres. La conciencia es primeramente, y ya desde el nacimiento, la conciencia
del medio sensible más inmediato y de la limitada interdependencia con otras
personas y cosas situadas fuera del individuo que toma conciencia. Es al mismo
tiempo una conciencia de la naturaleza, la cual aparece al principio a los
hombres como una fuerza completamente extraña, todopoderosa e inatacable: las
relaciones del hombre con ella son puramente animales, y queda dominado como las
bestias del rebaño. Es, pues, una conciencia puramente animal de la naturaleza
(religión de la naturaleza).
Para Marx, el
desarrollo de la conciencia entre en francas contradicción con el grado de
desarrollo de las fuerzas productivas, cuando la naturaleza es transformada en un medios de producción que potencia el
proceso de acumulación del capital, este proceso se produce por la
fetichizaciòn de las mercancías. A
partir de este análisis, Marx aboga por un retorno del hombre a la naturaleza.
Esta posición de avanzada permite situarlo como el intelectual que estable los
principios del eco-socialismo.
El proceso de
legitimación de la separación
hombre-naturaleza encuentra su asiento en el positivismo. Para el
positivismo se produce un terrible forcejeo entre la civilización y la
barbarie. La civilización, es el numen
de la sociedad capitalista caracterizada por el industrialismo y productivismo, disfrazado con
la promesa de progreso. Contrariamente,
la barbarie constituye los rasgos de las
sociedades tradicionales que se transforman en un impedimento para alcanzar esa
sociedad de progreso. En esta concepción la naturaleza es una entidad ajena a
los hombres y por tanto debe ser dominada.
Bajo esta concepción nacieron las ciudades modernas, su modo de vida y su práctica sociales entre los hombres y estos la naturaleza. La ciudad es el espacio de habitación de todo el compendio social que moviliza la producción. La ciudad también es expresión de la división social del trabajo. En ella operan dos hemisferios: el centro y la periferia. Los límites de esos dos hemisferios, se formalizan y toman expresión con las perimetrales urbanas y rurales. Los espacios públicos como las plazas y parques constituyen los límites visibles entre el centro y lo periférico. En la ciudad moderna viven los ciudadanos una esotropía, cuyas vidas se caracterizan por la tri-re-privatización de las relaciones sociales: El egoísmo, el hedonismo y la apariencia.
En las periferias se
encuentran localizada la producción, la fabrica, verdaderos guettos industriales y humanos,
donde se concretiza la lógica del
capital. Ciudad, molles y centros comerciales constituyen expresiones de una vida separada de la naturaleza. En estas
ciudades, las casas-vivienda-hogar, constituyen, el núcleo donde se reproduce la fuerza de
trabajo. La subjetivación de la memoria
productiva se encuentra asociada a la fábrica y no al hecho endógeno, comunal y
familiar. Bajo este principio arquitectónico nacieron los jardines estéticos y
ornamentales.
Pierre Bourdieu, en su obra, Critica a la economía política del signo,
demuestra la manera como en el capitalismo las prácticas sociales tienen
dimensión de significación, logran
expresarse en hábitos y gustos. Este autor francés, distingue un
habito-gusto para la burguesía, para la clase y media y para el resto de la
sociedad. Siendo el habito-gusto de la burguesía el que se internaliza y se
universaliza como prácticas sociales en las demás clases sociales.
Habito-gusto predestinado por acceso que
tienen las distintas clases sociales a la propiedad de medios de
producción. El jardín ornamental de la
sociedad moderna se generaliza como practica-hábitos-gustos por los distintos
mecanismos de socialización: la arquitectura y los medios de comunicación. Por ello, no es casual que Carlos Marx,
asociara al nacimiento del capitalismo y temprano con los burgos y los gremios.
La ciudad concebida de esta manera es el espacio material y simbólico donde se
reproducen las relaciones de dominación.
La dominación significa, que el
capitalismo genera múltiples procesos sociales que colocan a los individuos en
una terrible dependencia e indefensión,
cuando la ciudad logra imponerse como el corazón de las tinieblas, violencia,
inseguridad y carencias, con este hecho las relaciones sociales capitalista
terminan apropiándose de la capacidad de autonomía de los individuos y de su natural
capacidad de toma de decisiones. Este disciplinamiento se logra separando la vida de los individuos en sus espacios cotidianos
con la producción, por ello se bifurca, el campo familiar es un entramado
transeúnte al cual se le niega la posibilidad de una producción domestica
utilizando la vivienda con practicas productivas, en tanto que las grandes
tiendas de distribución de los alimentos y los supermercados constituye una
maqueta cuyo fin es apropiarse de los salarios, Estas instituciones, secuestran
las mercancías, manejan los precios e imponen que comer y quienes morirán de
inanición, subyugan a lo sociedad
consumo impuesto desde el mercado.
En contexto de construcción
socialista, en un como el país,
petrolero impuesto por la división social del trabajo y su territorialización,
y con un modelo productivo disminuido desde finales de la década de los setenta
por acuerdo de las elites, anclado en el extractivismo, con un crecimiento
demográfico acelerado y con un consumismo terriblemente mediatizado desde el mismo Estado y los
medios de comunicación, en esta escenario la economía comunal se transforma en
el único dispositivo libertario de la sociedad, casi sitiada por una Guerra
económica desde el exterior con alianza interna.
Por este motivo, es necesario un giro
eco-territorial de de resistencia, el cual debe estar orientada a que todo
espacio público y familiar, se constituya es territorios horizontales
productivos. Este giro, un espacio importantísimo lo constituyen los jardines productivos
familiares y comunales. Quienes tienen la fuerza para acelerar una ola metabólica
material y espiritual para acelerar la transformación estructural desde abajo
del modelo productivo.
Este ejerció implica identificar bolsones
productivos endógenos y los cultivos sinvergüenzas –de mayor demanda
nutricional y con probabilidad de germinación- que permitan proporciónale a
cada núcleo familiar una alimentación de calidad. En este giro eco-territorial
de resistencia, es esencial el retorno del protagonismo del pueblo como sujeto
de la transformación, único sujeto, capaz de des-sujetarse de la fetichizaciòn
del mercado capitalista. Asumiendo el
significado el protagonismo en su raíz
latina: proto-vida y agonismo-agonía, por cuanto el socialismo es un
producto histórico y social que se construye conflictivamente.
El protagonismo es componente
esencial del socialismo de construcción colectiva, ya que es imposible hacer
referencia al socialismo, desvincularlo de la democracia revolucionaria y
popular, la implica el despliegue del autogobierno como principio de
autorregulación de los miembros de la sociedad, que procuran la justicia
social, la igualdad y la equidad.
Ese protagonismo que es un eje
fundamental de la filosofía y el paradigma del constitucionalismo bolivariano, se hace operativo a través de la Comuna. La
comuna es el espacio territorial y simbólico de los insumisos, ya que constituyen la organización popular que posee la capacidad
para resistir al tiempo del capital y a
la acción totalizadora del Estado. Para
que la Comuna tenga autonomía implica que
debe poseer el potencial socio productivo y autosuficiencia. Comuna improductiva
morirá ante a lógica del capital y la razón instrumental del Estado, aunque
este último aspire a la construcción colectiva de la sociedad.
Coincidiendo con los planteamiento de
Leo Trotsky y e István Mészáros, quienes con
mucha razón señalaron, que el capitalismo es un sistema económico y social,
cuya tendencia generar es el caos, y el socialismo en cambio, requiere de la planificación para reorientar
la economía hacia los fines nobles de la sociedad. Del mismo modo la Comuna requiere de un
proceso planificado en función de apoyar la transición socialista.
Del mismo, el proceso de giro eco-territorial
de la resistencia eco-territorial, implica
la construcción de acuerdos familiares y comunales para la transformación económica
y social de las comunidades, pues requieren de un proceso de planificación
sencillo y flexible.
En estos acuerdos es fundamental establecer
las cuadraturas productivas, que constituyen, las aéreas cultivables, los
rublos, las formas de organización del trabajo, la distribución del producto y
sobre todo, general una cultura de la transformación de lo producido, basada en
procesos de conservación e innovadores para sacar provecho de los siglos vitales
de la naturaleza. No se trata de producir azarosamente, es fundamental, coordinar los rublos para alcanzar la
autosuficiencia y el intercambio con otras Comunas.
Estos espacios productivos,
concretados en jardines productivos, requieren de los espacios de confluencia
para colocar periódicamente lo producido por la comuna o comunas, y donde sus
miembros puedan acceder a ellos sin necesidad de recurrir a la intermediación y
el chantaje de las grandes cadenas de distribución privada. Estos espacios de
confluencia requieren una debida articulación con las políticas públicas del
alto gobierno. A los 9 motores propuesto por el Presidente Nicolás Maduro para
la estabilidad económica y la paz: 1. Motor de Hidrocarburo, 2. Motor de Petroquímica, plásticos
y fertilizantes, Motor de Minería, 3 Motor de Telecomunicaciones e Informática,
6. Motor de Construcción, 7. Motor de
Industria, 8. Motor de Industria Militar
y 9. Motor de Turismo, es estratégico incluir otro, el motor de la producción
agroecológica y de consumo insumiso.
Luego de la materialización de los espacio de confluencia productiva, es
fundamental el salto cualitativo, la acción de
autopoiesis o autopoyesis para replicar en punto y circulo la experiencia exitosas e innovadoras
en otros espacios eco-territoriales, porque el objetivo es transformar todo espacio
público y familiar, los cuales se transformaran en bastiones de conciencia del
deber social y de resistencia una vez liberados con autosuficiencia, fundamento de la seguridad
alimentaria, eje nuclear de una sociedad que se encamina bajo los principios
del socialismo bolivariano.
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