lunes, 8 de febrero de 2016

MI ABUELO VINO A BUSCAR LA DOLCE VITA: FABIO GARRIDO RICOVERI.



MI ABUELO VINO A BUSCAR LA DOLCE VITA:
porque a él lo persiguieron
por sobre la marcha
para ponerle en el pecho
una estrella de la muerte
y coronarle los ropajes
con una bala del Mauser

Al llegar sobre las banderas las fasces
al llegas los camisas negras a las calles,
mi abuelo tenía a Roma en la sonrisa,
en las maletas perdió a Roma
en su claustro de risa

Se le olvidó el mundo en el trajín del sobreviviente,
el náufrago que se aferra en un tablón de su esperanza,
así como luego se le olvidó la vida sobre la tierra
se le quedó el cabello
que antaño estuvo emergiendo de su cabeza
como una fuente plateada

Quizás yo tenga algo de Roma, más allá
de mi abuelo escapando por una ventana de Italia,
más allá del penacho de centurión que mi sangre habita,
quizás tenga las arterias anchas como la Vía Apia,
quizás la piel morena aunque no tenga
la nariz del águila, aunque se mezcle
la panela con la oliva, y el pan blanco
con el casabe y los cardones

Si bien soy fugitivo desde mi origen sanguíneo,
desde este O positivo que he heredado de mi padre,
desde el tiempo que se sirve a la gente
y se los bebe como la nada, salió el sol
iluminando la trinchera, se apagó como la noche
el brocal de los cañones.

En cuanto a mi abuelo
se ocultó el rostro de la vergüenza
con la tierra napolitana que vio nacer sus huesos.
Mi padre tuvo 18 y con la guerra acabada,
brotaron de sus ojos humildes
un bombardeo de lágrimas.


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