sábado, 18 de junio de 2011

GLOBALIZACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR: APROXIMACIÓN DESDE LA DICOTOMÍA: ÉPOCA DE CAMBIO O CAMBIO DE ÉPOCA.

Realizado por: Soc. Oswaldo Garrido, Msc.[1]

Rafael Correa, presidente electo democráticamente del Ecuador, desde el acto de toma de posesión de su gobierno ha anunciado al mundo que Nuestra America esta viviendo un extraordinario momento de cambio de época que pone “fin a las largas y tristes noches neoliberales”(1), por tanto no es  una época de cambio como lo sostiene el pensamiento sociológico tradicional.
Tratare de aproximarme desde esta interesantísima periodicidad al devenir de la educación desde la concepción neoliberal a una propuesta necesaria de educación popular, critica y radicalizada en este cambio de época.
La época de cambio que discurrió en el discurso intelectual dominante de finales del siglo pasado,  centro su argumentación en la crisis de la modernidad, en la precariedad de la razón  moderna y la pulverización de los relatos construidos a partir de las grandes utopías libertarias, sustentadas en los ideales revolucionarios económicos, políticos, antropológicos y culturales, que formaron toda la arquitectura liberadora del devenir humano.
En ese sentido, esta temporalidad se caracterizo por dos fenómenos paradigmáticos: la irrupción del pensamiento postmoderno y la globalización neoliberal.

Pensamiento postmoderno: una teoría del desencanto:
Rigoberto Lanz recrea la aparente crisis épocal de la siguiente manera: “Hoy –en referencia a 1996- Latinoamérica resiste los vientos de crisis. El clima de desesperanza y escepticismo está presente en todas las esferas de la vida. El derrumbe de los viejos paradigmas resuenan entre  nosotros como clausura de los mitos de <<progreso>> entusiastamente simbolizado en tanto patrón universal”. (2)
Este estremecimiento histórico de los referentes que explicaba el inevitable camina a una sociedad de la abundancia como la concebía Marx, de pronto el diluvio invadió el comprendió teórico acumulado por la humanidad, sin los connotados sacerdotes se dieran la tarea de emprender una batalla en su defensa. Solo algunos valientes radicales no tomaron salvavidas y emprendieron la defensa de las argumentaciones libertarias.
El rasgo sobresaliente de esta época de discursos apocalípticos y desesperanzado, en esencia expresan un quiebre de la generalidad explicativa del mundo,  asentado sobre  los sueños de trascendencia de la humanidad. Obviamente, entrado en crisis es nada menos que los referentes totalizadores con lo cual la humanidad apostaba a los cambios radicales del capitalismo, visualizado con los proyectos emancipadores. Los gurús del liberalismo anunciaron un viraje histórico de 365 grados, que colocaba a la humanidad en el vector del pensamiento liberal.
El cuestionamiento sacrosanto centró su artillería sobre la categoría revolución en tanto ethos de ruptura-transformación, el socialismo como el hito fundamental del cambio social del siglo antepasado, anunciando desde sus lugares comunes teoréticos la muerte del marxismo en su teoría del conocimiento y de su praxis revolucionaria.
En este contexto, los iconos mediáticos que se retransmitían por las agencias transnacionales (TV) y sus editoriales, como una película ganadora de un Oscar, mostraban a Mijail Gorbachov, cargando a cuesta hacia el cementerio la Perestroika y la Glasnost, descompuesto firmando la sentencia de muerte de la URSS, para luego entregarle la pluma fuente utilizada al director de  CNN apostado a su lado. Otro acontecimiento de importante valor simbólico que somatizó el discurso intelectual y periodístico fue la frase acuñada:”Tras el derrumbamiento del muro de Berlín”.
Fukuyama, exdirector adjunto de Planificación política del Departamento de Estado, asesor de la Corporacion Rand, interpretando la coyuntura dijo: “Con el colapso mundial del comunismo, nos hallamos ahora en una notable situación en que los críticos de izquierda de las sociedades liberales modernas carecen de solución radical para sobreponerse a las formas mas inestable de desigualdad”. (3)
El plus edificado como relato redentor lo constituyo El fin de la Historia y el Ultimo Hombre, como el triunfo definitivo de la razón capitalista y de las democracias liberales modernas occidentales sobre las otras formas de  democracias. La democracia directa y las democracias populares, al menos su debate se hizo menos intenso. Los movimientos sociales quedaron el limbo, a merced de reformistas y oportunistas. Una gran hoguera fue encendida, allí fueron a parar los grandes filósofos revolucionarios, en un sepulcro que duro dos décadas de olvido y silencio.
Giovanni Sartori, en una entrevista sobre la Ciudadanía democrática occidental, publicad por la Razón de Madrid, fue más allá, sostuvo:” Sostengo que solamente hay una forma de democracia, algo que puedo argumentar porque las democracias comunistas nunca han existido. Argumento también, que si uno echa un vistazo a los datos contrastables, ve que Japón, India y el mundo asiático como  Taiwán, porque en el caso del gigante chino, hay que ver como evoluciona, han adoptado la democracia constitucional, siendo países con identidades culturales muy diferentes a las occidentales, lo que significa, por tanto, que no es posible exportar la democracia occidental a una cultura no occidental. Hay pruebas que demuestran esta hipótesis, pero es imposible en el caso de los países musulmanes. La democracia es creación y un producto histórico de la civilización occidental, solo exportable a culturas que aceptan el laicismo político”. (4)
Exorcizado el fantasma del marxismo, el liberalismo renace como neoliberalismo, iniciando una fuerte campaña por instituirse como pensamiento único, el ratio discursivo de esa visión del mundo basado en  defiende la libertad individual, que es positivo, pero claro, la defensa de la libertad individual se hace a costa de la defensa de los intereses colectivos o comunitarios. La frase  acuñada por Hobbes se hizo un lugar común: "Si hay dos individuos que desean lo mismo y no pueden poseerlo juntos y al mismo tiempo se convierten en enemigos y se esfuerzan por destruir o someter al otro”.
Paralelamente a este colorarlo, en la década de los ochenta, comienza aplicarse en America Latina y, concretamente en Venezuela la estrategia neoliberal, la pragmática del pensamiento liberal, impuesta desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, un programa recesivo cuyos rasgos fundamentales estaban orientados al achicamiento del Estado como promotor del desarrollo, sobre todo el Estado docente, en un contexto de modernización neoliberal basada en la privatización de las empresas y servicios en manos del sector publico, incentivo a una falsa competividad a partir de la iniciativa privada y la flexibilización de los mercados tanto económicos y laborales, disolviendo de este modo, las conquistas que alcanzó la sociedad venezolana con el Estado de Bienestar, esquema político que tuvo su nacimiento en los sesenta con el nacimiento de la democracia representativa.
Producto de esta estrategia avasallante, condensada en el Consenso de Washington, los sectores más afectados por el conjunto de medidas fueron parte de la población excluida de la ruleta del sistema económico y social. Los importantes temas como la superación de la pobreza, la injusticia social y la inequidad fue desplazada por la primacía de los análisis macroeconómicos. Se produce un vigoroso y alarmante reducción del gasto social, sobre todo un marcado proceso de des-inversión en materia de salud, educación y vivienda. La educación universitaria sufre  los embates de la privatización.
El debilitamiento del Estado de Bienestar, su escaso consenso entre las elites en el poder retrazo la aplicación de la agenda neoliberal, pero que fue introducida gota a gota. Producto de estas medidas, el descontento social se transforma en insurrección popular con los sucesos de 27 y 28 de Febrero de 1986, conocido como el Caracazo. Esta revuelta espontánea de la sociedad venezolana se convirtió en el icono del inconformismo por el defalco de las elites políticas en el poder, que habían incumplido las promesas de progreso, justicia, igualdad y libertad que eran sustantivo discursivo del viejo modelo político de democracia representativa.
Los saldos mas dramáticos de esta crisis que parecía épocal, económica, política, social y cultural, produjo el deterioro progresivo del sistema educativo publico y la elitización de las oportunidades-condiciones educativa de la sociedad venezolana, caracterizada por un paisaje social cuyo rasgo sobresaliente lo constituyo le exclusión, la inequidad y la pobreza. La emboscada contra la educación, se hizo patente en el acelerado deterioro del curriculum, la disolución de los vínculos educación-sociedad y Estado-educación, que afectaron negativamente la calidad de la educación, a la vez que se implemento progresivamente la privatización del sector, estableciendo aranceles y cobro de matriculas en las instituciones publicas violando los derechos sociales de los venezolanos.
En  el ámbito específico la estrategia desplegada ataco los siguientes campos:
Por un lado, se oriento a la desactivación de la función del Estado como regulador del sistema educativo. En esta situación el Estado docente palideció, delegando en el sector privado la educación, la cual a partir de ese momento comienza asumiendo la forma de una mercancía movida por fines de lucro, estableciéndose una lógica relacional comercial entre el docente y los estudiantes. Consecuencia de este proceso fue la consolidación de una espiral que expulsaba con potencia a los sectores mas desfavorecidos por el modelo económico y social.
Según ponencia del exministro de Educación y Deporte  de la republica, Aristóbulo Isturiz Almeida, presentada en la Tercera Cumbre de la Deuda Social e Integración Latinoamericana, expuso: “Si revisamos las estadísticas de esos años, se puede observar un incremento acelerado en la matricula del sector privado de la educación y un deterioro constante de la matricula de las instituciones publicas”.
Añade: “Si se aprecia el comportamiento de la prosecución escolar y la exclusión, se puede observar la tendencia progresiva del desplazamiento de la matricula del sector publico hacia el sector privado de la educación, haciéndose patente la exclusión en la medida que se avanza en los niveles superiores”.
Esto parece corroborase en un estudio de 2004, titulado Los institutos y colegios universitario en el contexto de la educación universitaria venezolana, el cual destaca que el subsector existen 114 institutos, 45 son públicos y 69  son creados por iniciativas privadas.
Por otro lado, se fue produciendo un vaciado del currículo o planes de estudios de todo componente relacionado con la historia patria, se enajeno aquellos elementos que implica la construcción colectiva de conocimiento, basados en un ejercicio pedagógico crítico y reflexivo, cuya finalidad es la reafirmación del sujeto en su autonomía que son esenciales para revitalizar procesos de descolonización del conocimiento.
Un ejemplo grave, lo constituye que en 1977, por una iniciativa del Ministerio de Educación fue eliminada de un plumazo la asignatura Historia de Venezuela de los Programas oficiales de educación en los tres primeros grados de la educación primaria. Esta decisión descabellada, se justifico con los siguientes argumentos: el niño psicológicamente en ese grupo de edades no esta en capacidad de abordar estos tipos de problemas educativos-históricos. La estrategia seguida, establecía que desde el primer grado el niño estará en contacto con la historia, ya no como conocimiento sino como vivencia, a través de la celebración de las fechas patrias, el folklore y las tradiciones nacionales. (ME-OSPP: 1977)
Aunado a este problema, se produce un abandono sistemático de los programas y proyectos de capacitación, formación y superación permanente de los docentes. Para 1999 todas las maestrías relacionadas a educación en Venezuela, aun dependiendo de las universidades públicas estaban sometidas a la cancelación de unidades créditos onerosas por parte de los docentes. La razón que sostenía dicha postura es que el docente es responsable de su proceso de formación continua y de su superación personal.
Emir Sader, científico social de la Universidad Autónoma Metropolitana, alertó sobre los graves problemas que derivan del seguimiento del catecismo neoliberal en materia de educación: el paradigma neoliberal no solo ha ganado peso en las universidades privadas, sino que su estrategia ha logrado extenderse a las instituciones de educación universitaria publicas Latinoamericanas de la cuales egresan generaciones de jóvenes cuyas perspectivas se colocan hacia los intereses del capital, del mercado, siendo el desarrollo de su profesión la acumulación de un currículo que se suma al capital de su experiencia.

Globalización neoliberal, fisura y fragmentación:
El presupuesto teórico de la globalización sostiene que las grandes zonas de la actividad social –la de los países desarrollados- van expandiendo su campo de acción hasta abarcar niveles que superan los limites nacionales y regionales, interconectados por una red de relaciones, flujos e intercambio, acompañada de la intensificación de las conexiones corporativas, lo que implica el debilitamiento de las relaciones intersociales y del Estado nación. (5)
La lógica globalizadora  trae aparentado la institucionalización de la economía capitalista desarrollista, teniendo como eje articulador el mercado, la comunicación simultánea y la informática, lo que caracterizaría esta época como la época del imperio de las tecnologías. (6)
Esta forma de concebir el mundo como aldea global, produjo el dislocamiento de las formas de pensar y hacer la vida cotidiana en los países Latinoamericanos, quienes han tenido que luchar en procura de la inclusión como mercados, es decir, dentro d este fenómeno se ofrecen productos d consumo, ocio y diversión, que en su materialización se produce una relación envolvente excluyente  de todas aquellas mayorías que no tienen la capacidad de adquirir esos bienes que se publicitan a alta voz y se ofrecen a manos llenas. (7)
La globalización neoliberal como estrategia de expansión del capitalismo radicalizado en Latinoamérica se encuentra entroncada con el Alba y el IIRSA, que en el afán industrialista de los países desarrollados visualizan este continente como el mercado apetecible para su producción. (8)
Desde un tiempo para acá, las cosas han ido cambiando en Latinoamérica, el edificio monolítico de la globalización, ha dejado de ser el Arca de Noe, quienes se había montado ahora luchan por zafarse de las condiciones de injusticia internacional y de la troglodita competencia desigual que amenaza con enterrar las economías regionales.  Esta situación ha ido produciendo lo que Gramsci llamaría la fisura del bloque histórico.
Para Samir Amin, ha apuntado: “En el momento actual la globalización neoliberal, se dice que la situación de desigualdad entre los pueblos está aparentemente sufriendo un vuelco. Se impone que la nueva globalización ofrece una  <<oportunidad>> a aquellos países que acepten el reto inherente a la globalización y sepan integrarse de un modo inteligente dentro del sistema. Entonces, estos países podrían  <<alcanzar>> al antiguo centro. Veremos, sin embargo, que tal cosa no ocurre. Por el contrario, el ejercicio de nuevas formas de dominio monopolista ejercido sobre todo el sistema por parte del centro explica la creciente polarización y desigualdad entre los pueblos.  La lógica de esta forma de globalización consiste nada más y nada menos que la organización del apartheid a escala global. Desde los vértices del sistema abra una radical resistencia”. (9)
Esta resistencia desde la periferia-vértices consiste, en la medida que la globalización totaliza el mundo con su lógica de desigualdades genera fragmentación y nudos de tensiones hacia el interior de las fronteras nacionales.
La tensiones económicas expresadas como producto de los desequilibrios: deuda externa, pobreza y escaso desarrollo, si se asume el desarrollo industrialista y competitivo.
Las tensiones sociales que facilitan insumos para las guerras civiles y la inestabilidad política: Colombia por ejemplo.
Los conflictos territoriales, en el caso Latinoamericano afectan las relaciones diplomáticas y la paz en la región: Plan Patriota desmejorando las relaciones colombo-venezolana-ecuatoriana, El Plan Puebla aplicado en Panamá y la presencia militar de EE.UU. en Guantánamo, que forman parte de una guerra silenciosa por el reparto del mundo visto como mercados.
Los conflictos temáticos entre el Norte y el Sur, que involucran aspectos sensibles como las migraciones, la estigmatización del Sur como el infiernote. El Sur es visibilizado desde los centros  como sinónimo de de decadencia, actividades comerciales ilegales, droga, trata de blanca, exportación de infantes y de trafico de órganos humanos.
La expropiación de los acervos de conocimientos y prácticas milenarias de los pueblos ancestrales, patentados por empresas transnacionales y comercializadas sin ningún tipo de retorno a los países de origen. Sobre este tema se alzan voces de protesta.
El desplazamiento del acervo científico y tecnológico desde la región a los países centros: Fuga de cerebro y de experiencias exitosas del quehacer científico y tecnológico.
En este sentido, la encrucijada para America Latina y el Caribe  es enfrentarse el dilema: “(…) Los retos y las alternativas son, por un lado, una globalización neoliberal que conduce a un nuevo apartheid. Por el otro, una globalización de residencia para una integración policéntrica y  polisémica negociada”. (10)
¿Cómo reivindicar una globalización policéntrica y polisémica, desde el cuadro político conformado por los países del ALBA?
La repuesta esta vinculada al nacimiento de un cambio de época, el cambio  cuya ruta como lo diría el maestro cubano Luz Caballero: “Todos los métodos y ningún método. He ahí el método” (11)
El cambio de época es antitesis de la máxima liberal el tiempo es oro, enraizado en la cultura dominante que logro institucionalizarse desde el proceso de conquista en un continuo hasta la actualidad. En esta época de cambio la circularidad del tiempo se  transforma en arte. Veamos un ejemplo: Mensh, el tiempo, el que siempre existe, era el único habitante de la Guajira. Detenido sobre las casimbas y las rocas, contemplaba el ir y venir de las ondas del lago, que avanzaban y retrocedían por la fuerza de Jepirach. Y aunque parecía que todas las cosas estaba quietas, la mirada del tiempo las transformaba: unas veces, el mar devoraba un trozo de tierra, otras veces, se secaba una laguna y aparecía en diferente lugar”. (12) El cambio de tiempo es el retorno del no tiempo occidentalizado.
Los rasgos caleidoscópicos del cambio de época, es por su naturaleza revolucionario e insurgente, favorecido por un clima ocasionado por la perdida del sentido de la historia como un proceso unitario –enarbolada como la creación suprema de la humanidad occidentalizada-, sobre el cual se construyen nuevos relatos. Rescatando de este modo las pequeñas historia: “Si hablo mi dialecto en un mundote dialectos seré consciente, también que la mía no es la única lengua, sino un dialecto mas entre otros. Si profeso mi sistema de valores-religiosos, éticos, políticos, étnicos –en este mundo de culturas plurales, tendré una aguda consciencia de la historicidad y limitaciones de todos los sistemas, empezando por el mío”. (13)
La discusión en torno a la categoría  cambio de época elaborada por el presidente Correa, supone no solo que se desgrano el sentido unitario de la historia, sino que trajo consigo un hostiando  cambio de la dirección del vector de la historia, que siendo su tips fundamental la ruptura con la historia dominante, el resurgimiento de las historias ocultadas.
Esta historicidad larvada, de resistencia la precisó el Presidente Evo Morales en el juramento de toma de posesión de mando. Evo lo primero que pidió fue un minuto de silencio por los lideres caídos en la lucha. Recordó a Manco Inca, Tupak Katari, Ernesto “Che” Guevara, Luis Espinal entre muchos, a los cocaleros muertos en Chapare, en la ciudad de El Alto, los mineros y a los millones de seres humanos caídos en toda America.
La significación de este acto simbólico de traer de vuelta a los caídos, es la repuesta efectiva a los desafíos de los nuevos tiempos por venir, solo se comprenden si se interpreta la historia no esta regidas por el despliegue de leyes económicas puras. Esta historia se encuentra conformada por repuestas sociales a las leyes universalizadas desde el discurso dominante. Las fuerzas antisistema –designación posible a este rechazo organizado coherente y efectivo- que se resiste a formar un compendio de situaciones pasadas y remotas que carecieron de vida,  porque según la historia del vencedor –hasta ahora- es el retrato-características del capitalismo y su acumulación que con la dureza del sepulturero colocó en tierras profundas los viejos despojos de los modos de producción que lo antecedieron (14)
La recreación de la historia desde la periferia-vector, es un proceso que se construye conflictivamente en Nuestra America. Una interpretación provisional que da cuenta de ese devenir histórico implica la edificación del sujeto, sujetado a sus tradiciones de resistencia. Los sujetos que dan cuenta de esta conflictividad son: el sujeto gramatical-discursivo, el sujeto filosófico y el sujeto político-ideológico.
El sujeto gramatical-discursivo, indica aquello socializado que determina la acción, hacer referencia al ser. En el cambio de época el sujeto gramatical-discursivo cargado de indignidad se resiste a ser lo que ha sido y lo que quiere que sea, busca en lo profundo de su cultura su propia naturaleza. Es el afloramiento de las voces que se pronunciaba a si-mismo y ahora la repican mil voces iguales.
El sujeto filosófico, caracterizado por las orientaciones de las actividades de conocer, el conocer equiparado con el ejerció del poder y el saber, remiten al proceso de reflexionar. En el cambio de época el sujeto filosófico busca en su baúl los relatos y las metáforas antiguas que lo traen de vuelta al mundo occidentalizado dominante con una nueva caja de herramienta para desarmarlo, sabe que no esta solo, que es comunidad y que tiene proyecto propio.
El sujeto político, político en tanto su acción influye en la acción de los otros sujetos. En el cambio de época el sujeto político quiere el poder para cambiar el mundo, reivindica su forma de vida, recoge las otras formas de vida sin perder la propia.
La reconstrucción del sujeto en su historia particular, la humanidad que emerge es el Homo convivial. Edgardo Lander lo plantea en estos términos: “Como un tipo d hombre que no se concibe como individuo autónomo sino en relación convivial y que, por lo mismo, produce acciones relacionales y una forma de intercambio fuera del sistema-mercado. Es fácil catalogarlo como premoderno, y por tanto destinado a desaparecer cuando se concibe la historia como historia de un único relato progresivo. ¿Por qué no es externo a la modernidad? Ni premoderno,  ni postmoderno, ni primitivo, ni primario, sino otro a la modernidad.(15) Esto supone ya la fragmentación –Hinkelammert-como un hecho de la realidad – y no sólo como una exigencia ética- que el mercado tiene a suprimir subsumiéndolo bajo el único sistema. (16)  Este homo convivial es pueblo en su acción de vivir y sobrevivir.
 Es esta historia surgida de la periferia-vértices, el concepto de pueblo emerge como la figura esencial, con rostro y voluntad propia, un renacer fundante en una tradición aniquilada por la gramática, el evangelio y la espada.
En el contexto de cambio de época el pueblo  en su acción de vivir y sobrevivir requiere una relectura del mundo, no puede leer su existencia con los códigos letrados de sus dominadores. El homo convivial-pueblo requiere un proceso de resocialización que lo lleva a sus orígenes sin despegarse del presente. En el cambio de época que también es epistémico, significa una ruptura con los referentes colonizadores de la educación.
A la educación liberal burguesa, la educación popular le hace oponencia, resistencia e insurgencia, cuando la educación asume la teoría y la praxis libertaria,  trasformada como recurso esencial del cambio estructural de las sociedades de Nuestra America.

Educación y homo convivial:
En el  cambio de época el hombre convivial no puede ni de estar al servicio de la acumulación del capital, su orientación educativa implica la aproximación al proceso de la creación de conocimiento en su contexto real. El homo convivial en tanto ser social es un homo político. De todos los paradigmas educativos existente  solo la educación popular puede proporcionarles las herramientas para que con su trabajo trasforme la naturaleza. (17)
La educación popular, esa el resultado de las necesidades de los grupos y clases sociales mas explotadas, que en la educación encuentren la ruta para romper con los esquemas de las sociedades cerradas y elitizadas. Esta es una concepción que propicia el desarrollo de la conciencia crítica a partir de la puesta en prácticas sistemas de reflexión y debate sobre las experiencias vividas.
Desde el punto de vista de las ciencias de la educación, la educación popular presenta la ventaja que se encuentran muy bien delimitados los componentes de la didáctica del proceso docente de madera histórico-dialéctica, evidenciando la particularidad que los sujetos involucrados pueden desde su propio contexto histórico abierto-noaulico pueden con el conocimiento emprender las acciones transformadoras necesarias para cambiar su existencia. La educación popular propone modelos rupturistas, de cambio y transformación hacia el interior de la conciencia y el mundo donde se desarrollas las relaciones sociales. (18)
El aperturamiento de la conciencia critica, esencial para la vida del hombre convivial, esta determinada por los diversos elementos que sustentan su paradigma transformador.
Se  expresa como una propuesta ética, política y pedagógica para la transformación del entorno educativo y el país, ejercida en espacios de democracia sustantiva e integral cohesionada por los principios de la equidad, vigencia del derecho conquistado y el cumplimiento de la conciencia del deber social.
Su situación de periferia-vértices, la compromete con la inclusión y atención privilegiada de los pobres, partiendo de la premisa; la exclusión educativa de los pobres permite reproducir la exclusión económica y social, componente multifactorial de la pobreza, la injusticia social y la inequidad.
Dado que la vida colectiva es un proceso social, la educación popular aboga por la defensa de la educación pública de calidad, ya que lo publico es parte de lo común, que pertenece a toda la sociedad. En este contexto, el Estado tiene la histórica tarea de ser Estado docente libertario, invertir en educación como garantía para la proyección de un futuro solidario y velar que esta responsabilidad se cumpla. Para ello es necesario, la descentralización y desconcentración del poder hacia las formas de las organizaciones populares.
También se orienta a la formación de sujetos autónomos, sin perder el anclaje con los procesos sociales donde se produce el conocimiento socialmente útil. Implica el necesario ínterin de conocerse, comprenderse y valorarse a plenitud para desarrollar los talentos individuales y colectivos para la convivencia solidaria.
La educación popular s encuentra íntimamente entrelazada con la democracia, orientada hacia la participación, el protagonismo necesario para la construcción de una comunidad de vida y una comunidad de saberes sintonizado con el encargo de la sociedad.
 Por consiguiente, la educación popular se reconoce como parte de un andamiaje definido a partir de las relaciones sociales de producción, de allí, que la productividad y el aprendizaje para toda la vida, presuponen asumir crítica y comprometidamente con los nuevos retos del desarrollo, la cultura tecnológica y los desafíos históricos del cambio de época.
El cambio de época, no puede dejar de ser un momento conflictivo donde se confrontan concepciones de vida diferente, un momento de la historia de enfrentamiento de fuerzas contrarias que luchan por imponerse. En este escenario de confrontación la guerra más intensa se lleva a cabo en el campo de la hegemonía, entre un sujeto con sus ideas que muere y un sujeto con nuevas ideas que nace.
El cambio de época no deja de ser implosiva,  coloca en el centro del debate el tema de la transición del hombre   Robinson Crusoeanico el homo convivial de la periferia-vértices.
Reculturacion/desenajenación/alineación para avanzar de la cultura de la rutina, el individualismo y la irresponsabilidad del deber social, a una cultura de la innovación, la cooperación y la corresponsabilidad en espacios públicos comunalizados.
Según Santiago Castro Gómez,  los procesos de la modernidad capitalista han traido consigo un orden cultural que require ser reemplazado, ya que la modernidad como una configuración histórica de poder surgida en el marco del sistema capitalista mundial y cuya racionalidad científico-técnica ha servido para establecer el Regnum hominis bajo la dirección del Estado. En consecuencia, como aparato ideológico nacional, las ciencias sociales han legitimado la exclusión y el disciplinamiento de quienes "no se ajustaban a los perfiles de subjetividad que necesitaba el Estado para implementar sus políticas de modernización", mientras que en el ámbito internacional, llegaron a legitimar "la división internacional del trabajo y la desigualdad de los términos de intercambio y comercio entre centro y periferia". Desde esta perspectiva, el proyecto de la modernidad llega a su fin cuando en Estado nacional pierde la capacidad de organizar la vida social y material de las personas; en su lugar, la globalización conlleva un cambio cualitativo de los dispositivos mundiales de poder; en ella pareciera no haber una instancia central de regulación de los mecanismos de control social, sino un poder libidinal que estimula y produce las diferencias. Las nuevas relaciones de poder al interior del sistema mundo genera discursos de legitimación según los cuales ciertos microrrelatos dejan por fuera de la representación al macrosujeto epistemológico (definido en instancias trascendentales como el héroe epistemológico de Descartes o el héroe moral de Kant). En este contexto, Castro Gómez afirma que el desafío para las ciencias sociales es entender que ya no es posible conceptualizar  las nuevas configuraciones de poder con el instrumental teórico de las teorías de la dependencia y las filosofías de la liberación; en consecuencia, sugiere aprovechar el potencial que los estudios postcoloniales poseen para hacer visibles los mecanismos de producción de las diferencias en tiempos de globalización.
La reculturación/desenajenación/alineación implica la ubicación paradigmática desde otra filosofía posible. Al respecto Louis Althusser (1967) “La filosofía es el fundamento de la política” (…) “Todo Hombre no es espontáneamente filosofo, pero puede llegar a serlo”. Añade: “La filosofía existe desde que existe el dominio teórico: desde que existe una ciencia (en sentido estricto). Sin ciencia no hay filosofía, sino concepciones del mundo. Es preciso distinguir lo que esta en juego en la batalla y el campo de batalla. Lo que, en ultima instancia, está en juego en la lucha filosófica es la lucha por la hegemonía entre dos grandes tendencias de las concepciones de mundo (materialista-idealista). El principal campo de batalla de esta lucha, es el conocimiento científico: a favor o en contra de él. Así pues la batalla numero uno se da en la frontera entre lo científico y lo ideológico” (19)
En esta es necesario un proceso de repolitización de la educación, significa revertir la pirámide sobre la cual se ha configurado el modelo educativo bancario del sistema capitalista impuesto, lo cual implica un aperturamiento de los horizontes de las oportunidedades consonas con la democracia popular emergente.
En ese sentido repolitización, según Héctor Navarro, “era lógico un deslinde de aquellos que se aproximaron a las políticas de una manera equivocada. El planteamiento ahora de repolitización es para darle sentido ético a la política” (…) “la confrontación de la sociedad tiene que ser fundamentalmente política y no violenta”.
Es necesaria la edificación de oportunidades socio-económicas, las cuales hacen referencia al necesario incremento de los acervos humanos-institucionales para que la sociedad puedan desplegar sus potencialidades  en condiciones de humana reciprocidad. Siendo dos pilares esenciales de este despliegue la educación y la salud.
Coadyuvar  en este proceso la creación de oportunidades de ciudadanía que implican la expansión de los derechos y las  obligaciones, mejorar el desempeño institucional para dar soluciones a los problemas que implica la resocialización de una nueva humanidad.
Para la ruptura de la vieja socialización deshumanizadora, es necesario refirmar el esfuerzo en la creación colectiva de oportunidades y condiciones multiplicadoras de las experiencias endógenas libertarias. Esencialmente se hacer referencia a la democratización de las oportunidades.
Por un lado las oportunidades socio-económicas, que hacen referencia al necesario incremento de la potencia del acervo material y social necesario pasa la vida de aquellos sectores que disponen de menos cantidad de estos y que están impedidos por su situación periférica. La educación y la salud son los principales acervos para liberar procesos sociales.
A demás es necesario, el impulso de iniciativas sostenida de oportunidades ciudadanas, que implican no solo la expansión de los derechos, sino también un clima de corresponsabilidad, mejorando el desempeño institucional para dar soluciones a los problemas de la sociedad, aperturamiento de iniciativas que combatan los flagelos de la exclusión económica y política, agendanción-empoderamiento  las expectativas de la sociedad al incorpóralas a las políticas publicas.
Pero este trabajo para que se despliegue de fuerzas sociales, requiere un contexto cultural-ideológico en sincronía con el estado de derecho y de justicia social. En el Caso venezolano, un problema estructural ha resolver seria el proceso de transición del sistema capitalista heredado al socialismo, socialismo que busca significación, pretende redefinir las relaciones sociales de producción, superando la vieja racionalidad  y las practicas políticas que tienen lugar en un capitalismo que se resiste a morir en tanto la economía repica en la lógica de capitalismo.
Los planteamientos sostenidos en este trabajo serian una quimera, si la sociedad-pueblo venezolano en la guerra de posiciones no logra dar un paso al frente en la construcción de la nueva hegemonía revolucionaria, ya que el modelo capitalista que pervive no proveerá los medios para romper la modorra. Mar escribió con sobra razón: “Nuestra divisa será, la reforma de la conciencia, no por dogma, sino por el análisis de la conciencia mítica para si mismo, tal como se manifiesta en la religión o la política. Verá entonces que, desde mucho tiempo, el mundo posee el sueño de una cosa de la cual le falta conciencia para poseerla de verdad. Se verá  que no se trata de establecer una gran separación entre el pasado y el porvenir, sino de cumplir ideas del pasado. Se verá por ultimo, que la humanidad no comienza una nueva tarea, sino que comienza su antiguo trabajo con conocimiento de causa” (21)
Este cambio de época no es solo inversión de vectores políticos, es más un proceso en especial de cambio civilizarlo, ya que el capitalismo hay que asumirlo como una opción civilizatoria que tendrá que ser superada desde esa misma perspectiva con otro modo posible de ver el mundo. En este nuevo esquema, desde la sociedad hay que trabajar por ciudadanizar el Estado y civilizar las relaciones sociales de producción para humanizarla y facilitar al acceso a una vida digna, frente a las grandes contradicciones impuestas por un modelo economico y social cuya centralidad es el homo industrialis. Por ello, es importante entender que la lucha es grande, plural y democrática.

Referencias Bibliográficas:

1.- Correas, Rafael: Ecuador superará la triste noche. Neoliberal- Obtenida de: http://www.resumenlatinoamericano.org/index.php?option=com_content&task=view&id=705&Itemid=25&lang=

2.- Laz, Rigoberto. (1993) El discurso postmoderno, critica de la razón escéptica,
Universidad Central de Venezuela, Caracas. 17-25 pp.

3.- Fukuyama, Francis. (1992) El fin de la historia y el último hombre. Editorial Planeta, Colombia. 27-75 pp.

4.- Sartori, Giovanni: La democracia o es laica o no es democracia. Obtenido de http://voxfidei.blogspot.com/2008/08/sartori-occidente-y-democracia.html

5.- De Venazi, A. (2002) Globalización y corporación., el orden social en el siglo XXI, colección Antropos. Caracas. 176 pp.

6.- Castells, M (1999) Globalización económica e instituciones políticas en la era de la información. Ponencia presentada en el Seminario sobre Sociedad y reforma del Estado, San Pablo-Brasil. 120 pp.

7.- Pérez E., A (2003) La educación popular y su pedagogía. Formación pedagógica. Colección Programa internacional de Formación de educadores populares. Caracas. 64 pp.

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9.- Grupo Binacional Colombia-Venezuela. (1999) Análisis de la agenda del Siglo XXI. Revista Politeia. Instituto de Estudios político y Relaciones internacionales. Universidad de Colombia. Instituto de estudios políticos. Facultad de ciencias Jurídicas de la Universidad Central de Venezuela. 24 pp.


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[1] .- Sociólogo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Master en Ciencias de

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