sábado, 4 de junio de 2011

Estados Unidos: Libertad para el terrorista Luis Posada Carriles en un Estado forajido


Por. Oswaldo Garrido.[1]


Sucedió lo que muchos esperábamos con el proceso que se le sequía a Luis Posada Carriles, quien lugar de ser acusado por  terrorismo, tras cometer acciones que terminaron con  la voladura del vuelo 455 de Cubana de Aviación, en 1976, en el cual murieron 73 personas, por lo cual la Justicia venezolana  y cubana solicitan su extradición a las autoridades de los EEUU, país en el cual permanece protegido. En cambio violentando todo el derecho de los familiares de las victimas un tribunal de El Paso (Texas), tras ser acusado 11 cargos de perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento que se le imputaban, el veredicto del jurado integrado por siete mujeres y cinco hombres en su mayoría de origen hispano, decidieron absolverlo, y terminar con el teatro que construyo  la CIA para salvaguardarlo, y ocultar los vínculos de sus actividades terrorista  con ella.
La periodista Alicia Herrera, su libro “Pusimos la Bomba y qué”, logro recoger los testimonios de voces de los terroristas cuando se encontraban detenidos en el Cuartel San Carlos, con los privilegios que les proveía el gobierno de Carlos Andrés Pérez y de Luis Herrara Campins. Dice Fredy Lugo que Hernán García (ambos autores materiales de la voladura), haciendo uso de su prepotencia: “Figúrate que el muy sinvergüenza ha gritado en el patio de ejercicio que si, que fuimos nosotros los que tumbamos el avión. Bueno, Bosch y yo lo que hicimos fue mirar para otro lado cuando el loco Hernán grito delante de unos soldados y un oficial: Pusimos la bomba y qué”.
Por la voladura del avión de Cubana de Aviación,  Orlando Bosch,   Hernán Ricardo, Fredy Lugo y Posada Carriles, a quienes se intento procesar por homicidio calificado, el gobierno venezolano de ese entonces aun estando en la cárcel jamás dejo de pagar sus sueldos,  realizó todo lo posible por liberarlo, pero gracias a la movilización de la sociedad se logro frenar esta traición a la justicia. Aun así, se permitió la fuga de la prisión de este asesino contra el pueblo cubano y venezolano.
Este terrorista confeso en Venezuela por sus crimines,   jugo papel protagónico en la ola de detenciones, represión y tortura que caracterizo los gobiernos de la dictadura adeco-copeyana, vestida con la apariencia de democracia representativa.
Conocido como comándate Basilio, realizo macabros servicios a la DISIP, donde  actúo personalmente  en actividades represivas contra los movimientos de izquierda, en una ambiente de impunidad proporcionado por un proceso prolongado de suspensión de las garantías constitucionales, iniciado durante el gobierno de Rómulo Bentacourt, que se prolongo hasta la década de los ochenta.
Fuentes vinculadas a los cuerpos de seguridad venezolanos  que operaron en la democracia representativa, dan cuenta que Luis Posada Carriles mantenía contacto en materia con las elites políticas del  país desde el momento que Carlos Andrés Pérez se desempeñaba como director del Ministerio de Relaciones  Interiores del gobierno de Acción democrática, nombrado por Betancourt  en 1960  en 1961. Las tareas de Pérez se centraron en la reprensión  de los movimientos populares de izquierda y a las guerrillas guevaristas, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), creadas por el Partido Comunista de Venezuela (PCV), y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR),  dejando una estela de represión, torturados y desaparecidos
Los testimonios de las hermanas Esquivel dan ejemplo de su sangre fría, siendo militante de la izquierda, un comando unificado de la DISIP, DIM, Guardia Nacional, PTJ y la  Policía Metropolitana, encabezado por Luis Posadas Carriles, tomo por asalto su residencia, asesinaron a todos los hombres que se encontraban en ella ante la mirada del pueblo de la Victoria del estado Aragua,  tomando prisionera a ambas hermanas fueron llevadas a la sede de la DISIP donde fueron torturadas salvajemente.
También Posada Carriles es acusado en Cuba por colocar una bomba donde murió el joven de origen italiano Fabio Di Celmo, quien se encontraba en la isla.  En  Fabio Di Celmo había  arribado en 1992, junto a su padre  a Cuba. Los Di Celmo se sumaron a la  lista de empresarios  procedentes de diferentes países que cometieron el grave hecho de romper el bloqueo de Estados Unidos. El jueves 4 de septiembre de 1997 estalló una bomba que mató a Fabio en el vestíbulo-bar del Hotel Copacabana.
El terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca, capturado en Venezuela mientras intentaba ingresar al país, extraditado a Cuba aporto valiosos testimonios de las actividades terroristas en la isla, este estaba solicitado bajo clave roja por la Interpol (Policía Internacional) por ser la mano derecha del terrorista Luis Posada Carriles en atentados con explosivos contra hoteles en Cuba en los noventa  Di Celmo. Francisco Chávez Abarca admitió en una grabación audiovisual  que  “Estábamos listos para poder hacer ciertas acciones de conspiración”.
Desde su residencia en Miami, Luis Posada Carriles asumió la autoria del acto terrorista, declaro: “Ese italiano estaba en un lugar y en un momento equivocado, pero yo duermo como un bebé”.
Sus  padres  Giustino Di Celmo y Ora Bassi han realizado enormes esfuerzos para que los culpables paguen por sus crímenes, pero las autoridades de Estados Unidos como pago de los servicios a la CIA los protege.
En 2000, Posada Carriles fue condenado en Panamá  acusado por intento de magnicidio contre el presidente líder cubano Fidel Castro,  de manera misteriosa fue  indultado cuatro años después por el gobierno de Mireya Moscoso.
Este siniestro personaje, participo activamente como agente de la CIA en los contra en Nicaragua  que operaron 1981 a 1988 para hacerle resistencia militar a la Revolución Sandinista que derrocó la dictadura de Somoza en 1979,  a quienes al igual que los escuadrones de la muerte el  Salvador y a los paramilitares en Colombia, se les acuso de haber participando en  atrocidades y abusos contra los derechos humanos en esa nación. Desde el gobierno republicano de los Estados Unidos, encabezado por el presidente Ronald Reagan, se financiaron sus operaciones  y dotándolos de armas.
La sangrienta historia de los contras en Nicaragua termino en el famoso escándalo Irán-Contra, el cual hizo públicos los compromisos de la administración de Reagan con la guerra en Centroamérica, el terrible cuadro incluían al gobierno de Irán, al líder panameño Manuel Noriega, a traficantes de cocaína y al Coronel Oliver North, que funcionaba bajo un complejo plan  mediante el cual Estados Unidos le vendía armas a Irán, y los fondos, así como también provenientes  del tráfico de drogas eran utilizados para la promoción de los Contras, saltándose de este modo la aprobación de los recursos por parte del Congresos de Estados Unidos y ocultándole a la opinión publica la estela de muerte y terror que sembraron en sus años de actividad en Nicaragua.
La decisión que  absuelve a Posada Carriles de  cargos de cargos menores ya que el Tribunal no admitió la solicitud de los familiares de las victimas de los actos de procesarlo por terrorismo. El no podía ser otro, expresan la doble moralidad que maneja el Gobierno del Presidente Barack Obama que acorralado por los clanes petroleros de Texas para salvar su cabeza política ha tenido que radicalizar las guerras imperialista, utilizando como justificación la defensa de la democracia.
El premio Novel de la Paz, en lugar de cumplir la promesa electoral que realizo su pueblo de retirar las tropas de Irak, se ha transformado en una quimera- En Irak tras la invasión y su ocupación de la alianza imperialista encabezada por EE.UU. se han agravado los problemas sociales, se introdujo la violencia y la contaminación ocasionada a la población civil con las bombas de fósforo. Se ha apoderado del petróleo iraqui a costa de sangra y fuego.  En lugar de fomentar la paz  fomenta la guerra.
En tanto que en Afganistán la invasión so pretexto de capturar los lideres de Al Qaeda ha permitido el florecimiento de una sustanciosa industria de heroína, la cual es utilizada para inundar el  Irán revolucionario e islámico  con la finalidad de debilitar la resistencia popular a los Estados Unidos, lo mismo que hicieron los ingleses con China.
La escalada imperialista no termina allí, la Alianza imperialista conformada por EE.UU., Inglaterra y Francia, correada por Italia, España, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos ahora con la anuencia de La Comisión permanente de seguridad de la ONU  han dado inicio a la invasión de La Republica Popular Socialista de Libia, justificando las  operaciones militares por aire y tierra en defensa de los derechos humanos y por la democracia, decisión que se toma sobre los reportes mediáticos de las agencias transnacionales de la comunicación. A esta hora el reporte de victimas civiles desde que se inicio la agresión contra Libia ha sumado más victimas que la confrontación interna entre los bandos en pugnas.
Este el gobierno de Barack Obama, el clan de los Clintons y los grupos petroleros, acostumbrados a darle tarjeta roja a la justicia han guardado sepulcral silencio contra los borbamdeos sionista a el Líbano, Palestina y en la Franja de Gaza. Se mantiene cautos de propinar opiniones sobre el paramilitarismo en Colombia y de gobiernos totalitarios establecidos con su ayuda.
Esta agresión imperialista se visualiza como una operación de sátrapas,  cuya finalidad es apoderarse de las reservas de petroleras y agua patrimonio de sus pueblo, hoy demanda por el  modelo capitalista desarrollista en crisis. La estrategia global significa el desmontaje de la OPEP para el control de los precios del petróleo.
Lo cierto es que no puede haber paz sin justicia.
La decisión del Tribunal norteamericano en el caso de Posada  Carriles es inapelable, toca a los pueblos decentes, a los gobiernos,  los familiares de las victimas que lloran sus muertos y a los movimientos sociales y populares a cerrar filas por la pronta extradición a Cuba o Venezuela de este peligrosos terrorista que andará ayer y hoy de Shopping por las tiendas de Miami o en los cafés repletos de gusanos donde cuenta sus hazañas macabras por este lado del continente, así como lo hizo en una entrevista publicada por el diario The New York Times en 1998.































[1].- Sociólogo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela

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