Escrito por José Rodríguez.
Reflexión n° 4
Hoy los problemas de la educación tienden a reducirse en términos cuantitativos: más créditos, más docentes, menos restricciones, menos unidades curriculares en los programas.
Todo esto es necesario, evidentemente se necesitan, más créditos, más docentes, reformas que nos ayuden a mejorar estas condiciones y otras, pero si trabajamos fuertemente para lograr esto llegaremos a “pequeñas reformas”, que ocultaran aun más la reforma principal “LA REFORMA DEL PENSAMIENTO”.
Existen formidables resistencias a esta reforma, la enorme máquina de la educación es rígida, con grandes vicios de eficacia, y lo peor de todo está BUROCRATIZADA. Docentes que se instalaron en sus costumbres y soberanías disciplinarias, que se manifiestan en contra de las actitudes de grandeza de los estudiantes en las comunidades, pero ellos terminan siendo los “eruditos” de los salones de clases. Yo entiendo que para poder transformar la sociedad hay que transformar la universidad, pero para transformar la universidad hay que transformar la sociedad, ¿CONTRADICCIÓN?
¿Cómo la transformamos?, es aquí donde recuerdo la pregunta de Karl Marx en sus tesis sobre feuerbachi, ¿Quién educara a los educadores? Sin intenciones de filosofar, digo que serán los educadores animados por la fe en la necesidad de reformar el pensamiento. A esto le agrego una condición indispensable para la enseñanza: EL EROS, que es al mismo tiempo deseo, placer, amor; Deseo y placer por transmitir, amor por el conocimiento, amor por los estudiantes, porque donde NO hay amor, solo surgen problemas de carrera, de dinero para el docente y de aburrimiento para el estudiante.
Compañeros, exijamos nuestro derecho de amor hacia la educación, no caigamos en los vicios que solo problematizan las cosas.
“LOGREMOS AVANZAR MAS ALLA DE LAS CONTRADICCIONES”
Bloque Agroecológico Salvador Allende. (BASA)
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