EL CORAZON TIENE
RAZONES QUE LA RAZON DESCONOCE
BLAISE PASCAL.
Siempre se
ha considerado al
corazón como la
máquina que comanda
los impulsos mas
locos a los
cuales la razón
teme acreditar por
desprestigio del ideal
propio de cada
individuo o de
romper las normas
externas que rigen
la conducta de
los miembros en
determinado entorno. El corazón
no es mas
que un órgano
palpitante, funcionante, vigoroso,
dentro de cuyas
funciones hay muchas
actividades exceptuando las
que involucren rasgos
afectivos y emotivos que
expongas los intereses
de todo individuo.
Por años se
ha estudiado infinidades
de fuentes orgánicas
bien estructuradas a
las que se
les adjudica de
forma definida cada
de una de
las actividades que
ejecuta el individuo.
Esta frase
es una muestra
simbólica de lo
que se sobre valora al
corazón y la
relación que le
asocian con los
sentimientos, el amor
y la toma
de decisiones importantes
en la vida
de cada uno
de nosotros, permitiendo
de alguna manera
explicar lo que LA RAZON no
logra explicar cumpliendo
a la vez,
con las normas
previamente establecidas por
quienes consideramos entes
de liderazgo y
potencialmente reguladores de
las conductas.
Desde que
se aceptó que
la frase explicaba
de alguna manera
ciertas conductas evocadas
por la pasión,
se le adjudica
un sin número
de hechos que
marcan profundamente la
vida y el
desarrollo evolutivo, no
sólo del individuo
sino también de
su entorno mas
próximo anteponiendo con
ello la esencia
emotiva del ser
humano y sus
mas firmes creencias
culturales. La razón
que conduce cada
una de las
facetas de la persona
es de alguna
manera un control
interno que permite,
conociendo los beneficios
y riesgo de cada
acción tomada, determinar
que, cuando y como
actuar para enfrentar
la vida; si nuestra
determinación va en
contra de lo
que la razón
permitiría, el corazón
es la mejor
de las excusa
y el mas
aceptado dictamen.
MELVIS SANCHEZ.
Cursante de la Especialidad médica. Convenio UBV-Hospital
Coromoto.
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