domingo, 1 de julio de 2012

OSWALDO GARRIDO: EL DESARROLLO ENDÓGENO: ADMINISTRACIÓN Y GESTIÓN PÚBLICA PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL REPENSADA DESDE LAS ORGANIZACIONES POPULARES.


EL DESARROLLO ENDÓGENO: ADMINISTRACIÓN Y GESTIÓN PÚBLICA PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL REPENSADA DESDE  LAS ORGANIZACIONES POPULARES.

  
Realizado por: Oswaldo Garrido[1].


Venezuela como formación histórica-social se encuentra íntimamente conectada a la configuración de la colonialidad en su relación <<centro-periferia>>, que se expresa como la Modernidad configurada a partir de la dependencia con el <<sistema-mundo>> capitalista.

Cabe destacar que la formación histórico-social de Venezuela, es la misma lógica que a asumido el <<sistema-mundo>> capitalista, teniendo como área de irradiación a la periferia constituida por los países latinoamericanos, que han permitido la ventaja comparativa para la acumulación del capital y la reproducción de las relaciones de producción capitalista, con todos los sesgos que se conocen hoy día.


Para Enrique Dussel (1998: 129 -314), el  estudio de la Modernidad,  es un fenómeno  complejo, subsumido en una lógica enraizada en el devenir histórico, por tanto no es solo un hecho filosófico, es un acontecimiento de múltiple naturaleza  y  de implicaciones diversas.

Plantea que la Modernidad pude ser abordada desde dos paradigmas:
El primer paradigma evoca la Modernidad, desde una posición eurocéntrico, se concibe como un fenómeno exclusivamente europeo, cuyo hito fundacional se localiza en la Edad media, que logra difundirse al resto del mundo inexorablemente.

El segundo paradigma, tematizado como paradigma  mundial, concibe la Modernidad como la cultura del <<centro>> del <<sistema.-mundo>>, el primer <<sistema-mundo>>, que seria imposible sin la incorporación de Amerindia y como el resultado de la <<gestión de la centralidad>>.

Paralelamente Enrique Duseel (1998: 51) introduce una novedosa tesis, la cual sostiene, que la centralidad de Europa en el <<sistema-mundo>>domínate, en tanto ejerció de totalización del mundo, recibe impulso del hecho del descubrimiento, conquista e integración de Amerindia, la cual le proporciona a Europa ventaja comparativa determinante para imponerse sobre los  existentes <<sistemas interregionales>>: El mundo otomano-musulmán, la India o la China que existían con anterioridad, palideciendo ante la <<gestión>> de la centralidad europea edificada en el <<sistema-mundo>> dominante.

Esta ultima tesis, permite comprender las razones por las cuales el <<centro>> del <<sistema-mundo>> se conformo como hegemónico, simultáneamente modelando la <<periferia>>de acuerdo a su racionalidad instrumental.

En ese sentido, lo que son en el presente los países latinoamericanos, en su formación histórica-social, constituye el reflejo y consecuencia de la configuración del <<centro>> capitalista del <<sistema-mundo>>, dominado primeramente desde Europa, pero después de la Primera Guerra mundial,  desplazado a Estados Unidos, que mantuvo su entroncamiento con los viejos ideales de progreso.

En la modelación de América Latina, la gestión desde la centralidad,  discursivamente da cuenta  de la noción de progreso, enmarcado en una historia lineal-unificada hacia la cual transitaba inexorablemente el discurrir de la humanidad, vinculado al proceso de la conquista, se reconfiguro con las Guerras de independencia y se visualizo como proyecto dominante con la irrupción de EE.UU. como potencia hegemónica.
Elide Rivas (2001) plantea, que el siglo XVIII se caracterizó por un marcado optimismo, fe ilimitada en el progreso y en el logro de la felicidad en el presente. El progreso fue entendido como la marcha del hombre hacia la felicidad, en un proceso lineal, continuo e indefinido. En general, se consideraba que este progreso contribuiría el desarrollo científico y económico, es decir, que la felicidad aumentaría en proporción directa con el desarrollo material y, para alcanzarla, era necesario preparar a la población para el futuro deseado.
En ese orden discursivo, el relato de progreso estará sustentado en las grandes tradiciones de la cultura occidental, igualdad, propiedad y fraternidad, subsumidas en el modo de producción capitalista, que requiere la presencia del Estado liberal, contra-fuerza a la creciente  la lucha de clase que implica la acumulación dado su proceso de expansión capitalista.
Lo desplegado fue una <<visión de mundo>>, que se venia confrontando con las otras perspectivas existente. Se asiste a la confrontación de tres categorías históricas: creación, evolución y desarrollo, que en su apariencia semántica parecieran no poseer diferencia, pero en el campo de las ciencias sociales dan viso de  racionalidades distintas.
La noción de creación da cuenta de un mundo erigido bajo el imperio de Dios, la evolución detona el nacimiento de un proceso de secularización que abre camino a la racionalización del mundo a través de la ciencia, en tanto que desarrollo es la categoría mas acabada de la modernidad que da cuenta de la idea de progreso que ha sustentado las grandes utopías de la humanidad.
En ese sentido, la noción de desarrollo, más allá del discurrir de la historia, se encuentra íntimamente ligada al pensamiento liberal clásico de Adán Smith,  Malthus y David Ricardo, el cual a partir de la economía de mercado visualizaba un prometedor futuro para la humanidad, pero fue el marxismo, que situó el tema del desarrollo centrado en una práctica económica-social encarnada en la lucha de clase.
Marx,  quien logra darle  un viraje a la significación, logra establecer y poner de manifiesto las leyes del movimiento de la economía capitalista, razón por la cual su aportación constituye la primera teoría importante del desarrollo. Marx  ubico el génesis el problema del desarrollo en la relación entre capital y trabajo, que constituyen la piedra angular para el  en análisis del capitalismo.
La noción de desarrollo no ha permanecido estática, es un concepto que ha buscado significación, de tal modo que dependiendo del momento histórico ha  y variados sus enfoques desde el crecimiento económicos a aspectos como el desarrollo humano, de las capacidades, hasta llegar al conjunto de significaciones que lo caracterizan en la actualidad. Pero el planteamiento mas intrincado es la confrontación de desarrollo y subdesarrollo, esta movilización del concepto de una significación a otra, estará modelada por el paradigma del desarrollo que se impone.
Por tanto, en este trabajo no sea desea realizar un estudio de la noción de desarrollo, se desea destacar, que el desarrollo en la actualidad es una categoría de análisis fundamental para el  camino del <<sistema-mundo>> y, en la perspectiva de la transformación venezolana es fundamental repensar y redefinir su curso.
En el caso venezolano, al igual que el resto del continente,  cuatro paradigmas de desarrollo han marcado la ruta del país de cara a la integración al <<sistema-mundo-capitalista>>: el liberal, el estructuralismo cepalino, neoliberalismo y el neo-estructuralismo (paradigma alojado en la actualidad en la interpretación social que se desarrolla). El transito de un paradigma a otro, se explica por sus respectivas crisis para dar cuenta al encargo de la sociedad  en los países Latinoamericano y caribeño.
José J. Contreras, Alejandro Ochoa y otros (2007:41) sintetizan el proceso  resaltando la dimensión positivista del desarrollo, la cual puede resumirse en las siguientes características: a. El desarrollo es un proceso lineal y predecible. b. Está condicionado por la imposición de valores asociados a un agente que desarrolla y otro que se asume es el objeto del desarrollo. os resultados del desarrollo están condicionados y limitados a la relación
causa-efecto.
Los mencionados autores en e trabajo,  citando a  Adrúsbal Baptista, 2004, plantea que “en resumen, el proyecto desarrollista venezolano (industrialista y modernizador) ha sido un fracaso ya que en lugar de lograr construir una economía capitalista dinámica y competitiva ha creado una economía parasitaria que vive de contratos indebidos con el Estado en la que el necesario equilibrio de la sociedad capitalista entre el Estado (lo político) y la sociedad civil (lo económico) no. Como resultado existe un mundo empresarial no competitivo, arrasado y destruido la mayoría de las empresas, especialmente las manufactureras.
Según Hernán Pardo (2002: 22-24) el campo de la acción de las organizaciones populares, dado las condiciones del sistema político de conciliación de intereses, producto de esa situación fue confinado a los rituales de la ciudadanía secuestrada, constreñida a la lógica del Estado, en la de los Partidos políticos y reducida en su actividad a los espacios privados. Por tanto  se habla de una privatización de la política. Este hecho significo que la administración y la gestión pública no involucraban la presencia de estas organizaciones sociales dentro del contexto del desarrollo para potenciarlos. Los hechos de 27 y 28 de Febrero y la Rebelión militar del 4 de Febrero es una repuesta a esta práctica institucionalizada desde arriba por el consenso y los acuerdos de las elites económicas, políticas y sociales.
No obstante la crisis  paradigmática, va acompañada de un nuevo escenario, cuyo rasgo esencial es una crisis epistémica que ha estremecido  el sustento de la ciencia al servicio del capitalismo y sus praxis de deshumanizar las relaciones sociales.
La crisis de los paradigmas de desarrollo, desde luego hizo patente en la parte instrumental, referidas a la administración y la gestión publica, mediante las políticas publicas se concretan en la realidad social, creando un clima favorable en el proceso de repensar y redefinirla sobre un primas teóricos que desde donde se pueden derivar planteamientos innovadores que permitirán  avanzar en la resolución de  los problemas sociales producto de la dinámica del capitalismo.

En ese sentido se puede decir, que ha germinado una crisis de las teorías y los enfoques de desarrollo, ya que no pueden darle repuesta al mundo, su anclaje se ha sumido en un escurridizo ejerció teórico-praxis, en reelaboración la criticas el quehacer científico de la administración y gestión pública, cuyo fin estuvo orientado hacia la reproducción de las relaciones de producción capitalista.

Marcel Valcárcel (2006 s/f),  arguye  que las teorías y enfoques de desarrollo, subsumidos en el cuestionamiento epistémico son esencialmente; los enfoque de la modernización (1945-19659), dependencia (1965-1980), necesidades básicas y el desarrollo a escala humana (1975-1980), neoliberal y la neo-modernización: ajuste estructural y Consenso de Washington (1980-1990),  de las capacidades y el desarrollo humano (1990-2000),  enfoque territorial y los denominados enfoques del post-desarrollo (1990-2000), unos mas estremecidos que otros.

La explicación  de la crisis paradigmática (crisis  del sistema.-mundo-capitalista). Según Karl Popper (1985: 105-136) las teorías nacen y mueren como los organismos. Mueren cuando nace una nueva teoría que la falsifica o la contradice. En cambio, Thomas Kuhn (1992: 112-149) en un señalamiento contrario, considera que las teorías no mueren porque los nuevos datos o hechos descubiertos las falsifiquen, sino simplemente porque surgen nuevas teorías alternativas, nuevos paradigmas, que explican la misma situación aunque de otra manera. El cambio del paradigma vigente es la causa, según Kuhn, de las “revoluciones científicas“.



No obstante en la teoría  marxista, los cambios del los paradigmas están asociado a las relaciones sociales de producción y a la lucha de clase que se confrontan en el modo de producción concreto, se encuentra vinculada al momento de contradicción, de enfrentamiento entre elementos opuestos, y su capacidad para promover el cambio. Es ese sentido, una visión de mundo entra en crisis cuando no resuelve las contradicciones que derivan del modo de producción, determinado por la estructura económica histórica y concreta.

El hecho es que, según Haydee Ochoa (1995: 98), “La llamada teoría  de la administración y la gestión  pública es relativamente reciente, se ubica a fines del siglo pasado con un avance lento en su desarrollo. Desde sus orígenes hasta la década de los setenta el cuerpo de conocimiento que la sustenta es prácticamente el mismo, con profundas limitaciones para comprender el fenómeno que intenta explicar, mas que una teoría, constituyen recomendaciones, apreté de ello, los avances producidos desde otras disciplina  y desde la propia teoría de la administración pública son prácticamente desconocidos”.

La autora, afirma además,  “se identifican tres crisis, la primera se produce después de la Segunda Guerra Mundial y su principales repuestas son el surgimiento de las políticas pública como disciplina que asume el estudio de la administración y su repuesta es  la administración para el desarrollo como un conjunto de propuesta de reforma para los países subdesarrollados. La segunda crisis se produce en la década de los setenta y tiene como repuestas el paradigma marxista de la administración pública. La tercera, se presencia en la actualidad, se ubica históricamente en los ochenta, en cuyo contexto surge la gerencia pública como disciplina para abordar la administración pública”.

El autor  este trabajo, postula que la crisis, es una crisis profunda de la filosofía y el paradigma organizativo del mismo concepto de desarrollo, que se traslada a al ámbito de la administración y la gestión publica.

Este problema abordado, presentado como coyuntural, es para  los marxistas producto concreto de leyes y regularidades históricas y materiales, ocasionada por el tipo de articulación entre el hombre y la naturaleza, entre el trabajo humano y el capital en el sistema capitalista.

Alfred Schmidt (1977: 152), la crisis, determinada por la existen del enmascaramiento de la realidad concreta que esconde la conflictividad de las relaciones sociales que logran mediar en el pensamiento, “Todo modo de producción es una forma de relación del ser humano, de la sociedad, y el cosmos. Todo modo de producción entraña una relación entre las necesidades de subsistencia de la especie humana y las condiciones de existencia del universo. Todo modo de producción implica una forma específica de resolver las necesidades de conservación y reproducción de la especie en medio de la escasez del universo”.

Siguiendo a Marx,  Schmidt  arguye que el nacimiento de la propiedad privada representa la génesis de las formas de la relación destructivas del ser humano con la naturaleza, que a través de la historia, compuesta por las distintas etapas y modos de producción por las cuales  ha transitado la humanidad, han venido a consolidarse y a encontrar su más plena expresión en el capitalismo.

Ahora cómo repensar, que hacer, cuál es el otro desarrollo necesario para profundizar las transformaciones estructurales que se adelantan en la sociedad venezolana, constituye la  pregunta-dilema  fundamental en el momento histórico que se vive en el país.

En el caso venezolano, la idea que ha tomado más fuerza,  transformada en un discurso oficializado como lineamiento estratégico de la nación, presupone el modelo de desarrollo endógeno como la ruta  para la transformación de las condiciones económicas, políticas y sociales existente.

Para Alejandro Ocho en una entrevista realizada por Amadine Ramis
publicada el 31/03/ 2008 en Aporrea, destaca que “
la aparición de este discurso puede entenderse como la búsqueda de una plataforma técnico-política de legitimación de la transformación social, cultural una vez agotada la civilización occidental fundada en la modernidad. En ese sentido, no se trata tanto de un modelo alternativo, o de solución a los problemas estructurales de las sociedades occidentalizadas, o mundializadas. Se trata de proponer el espacio conceptual para pensar al desarrollo como problema y no como respuesta. Esta aclaratoria tiene el propósito de salir al paso a una forma comúnmente asociada con todo aquel quien dice desarrollo, a saber, que propone una solución. La postura conceptual y política desde la cual se parte, es que lejos de concebir como problema la realización del desarrollo, hay un problema anterior que nos mantiene prisioneros y es el modo de plantear el proyecto de una sociedad como problema”.

Según el entrevistado, el origen del desarrollo endógeno, hay que rastrearlo en  los “trabajos de Osvaldo Sunkel, que fue una repuesta al discurso sobre desarrollo económico de los 80, previo a la aparición de una postura del desarrollo de carácter neoliberal. Centrada en la utilización del conocimiento y la tecnología para incrementar el valor de las potencialidades de las localidades, el desarrollo endógeno  apareció  como un mecanismo de nivelación de las capacidades técnicas para incrementar la producción. Luego, surge el discurso del desarrollo endógeno de connotación europea: Vásquez Barquero, Boisier son referencias importantes. Posteriormente, se comienza a plantear la necesidad de una revisión conceptual y de los fundamentos del desarrollo desde una perspectiva socio-histórico”.

Esta necesidad de cambiar el significado de los conceptos conocidos y familiares, dice Alejandro Ochoa, “el desarrollo endógeno surge como la confluencia de dos fuerzas complementarias de carácter político. Por una parte, la necesidad de rescatar la condición nacionalista del acceso, uso y enriquecimiento de las bondades y potencialidades de la sociedad venezolana que ha estado marcada por un proceso de enajenación de sus capacidades productivas del sector primario de la economía, y en particular, la extracción de recursos mineros. La segunda, es la necesidad de construir una alternativa de producción (económica fundamentalmente) que permita la soberanía e independencia de formas de relación económica desiguales con otras sociedades”.

Sin embargo, Osvaldo Sunkel (2005) padre del enfoque del desarrollo endógeno, considera que es una teoría y enfoque de desarrollo que supera las viejas tradiciones como las de Raúl Prebisch, quien concebía el desarrollo hacia adentro, desde la concepción Keynesiana de demanda. Medulada en  arquitectura cepalina que establecía la necesidad de expandir la demanda para que crezca la oferta, al estilo keynesiano relacionado con la crisis y el desempleo en los países industriales. Prebisch  pensaba en otras cosas, que el modelo productivo de los países latinoamericanos orientaban su crecimiento crecer hacia fuera. El examen de la situación de desarrollo de América Latina y sus resultados, según Sunkel, refuerza un cambio de concepción, lo cual  significa centrar el tema del desarrollo como un esfuerzo orientado desde adentro, dirigido  a exportar, crear la capacidad productiva para ofrecer al mercado mundial productos industriales. 

En la experiencia venezolana el desarrollo endógeno ha forma parte de una visión de país, en un asunto de materialización del nuevo modelo productivo en el marco del proceso de transformación revolucionara bolivariana.

El proyecto Nacional Simón Bolívar,  definido  como el  Primer Plan Socialista -PPS- del Desarrollo Económico y Social de la Nación para el período 2007- 2013, señala que partir de  2 de febrero de 1999 se inició un proceso de transformación y de cambios, los cuales continúa en la actualidad para profundizar los logros alcanzados por las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001 – 2007.

Este documento, establece que el nuevo desarrollo, se sustenta en la transformación del modelo productivo, su enfoque se centre en tres líneas conceptuales: por un lado, “la orientación de la producción basada en la búsqueda de lograr trabajo con significado,  hacia la eliminación de la división social del trabajo, de su estructura jerárquica actual y a la eliminación de la disyuntiva entre satisfacción de necesidad” (…) y “producción de riqueza,  responderá primordialmente a las necesidades humanas y estará menos subordinada a la reproducción del capital”, (…) “la creación de riqueza se destinará a satisfacer las necesidades básicas de toda la población de manera sustentable y en consonancia con las propias exigencias de la naturaleza en cada lugar específico” y, finalmente,  “el Estado conservará el control total de las actividades productivas que sean de valor estratégico para el desarrollo del país y el desarrollo multilateral y de las necesidades y capacidades productivas del individuo social. Esto conlleva identificar cuál modo de propiedad de los medios de producción está mayormente al servicio de los ciudadanos y quienes la tendrán bajo su pertenencia para así construir una producción conscientemente controlada por los productores asociados al servicio de sus fines”.

La revisión del documento, objetablemente no hace referencia al desarrollo endógeno, aun cuando expresa aspectos de la endogeneidad. Para Boisier  (2002: 52-55), la  endogeneidad es un fenómeno que se presenta en cuatro planos: político, económico, cultural y científico y tecnológico. En el caso anunciado vinculados  a aspectos como; “el modelo productivo se caracterizara por tomar en cuenta aspectos como las propias exigencias de la naturaleza en cada lugar especifico”, “las necesidades y capacidades productivas del individuo”.
La  revisión de otras fuentes institucionales públicas, abordan el desarrollo a endógeno como un proceso dinámico y multifactorial que  busca la satisfacción de las necesidades básicas, la participación de la comunidad en un espacio determinado, busca que los procesos locales y globales se complementen. Su meta es el  desarrollo a nivel local, de la comunidad, pero que ese desarrollo trascienda hacia arriba, hacia la economía del país, hacia el mundo  (Folleto de desarrollo endógeno MINCI)
En ese sentido el propósito del desarrollo endógeno, “da cuenta de las particularidades regionales y nacionales potenciando sus fuerzas, coordinado  para impulsar la transformación de los recursos naturales, construyendo cadenas productivas, eslabonando la producción-distribución y consumo, el  aprovechamiento eficiente de la infraestructura y capacidad instalada, la incorporación de la población excluida, la adopción de un nuevo estilo de vida y de consumo, el desarrollo de nuevas formas de organización tanto productiva como social y la construcción de redes productivas de diversos tamaños y estructuras tecnológicas, como pueden ser las microempresas y cooperativas”.  (En: Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005-2030. MCT)
En el enfoque de desarrollo endógeno, “términos como la rentabilidad y el lucro individual pierden su hegemonía como motivo de la producción, ya que esta se dirige a alcanzar la máxima felicidad y bienestar de la nación entera. En este sentido, es básico incluir en lo endógeno las diversas derivaciones de la economía social fundada en valores cooperativos y solidarios”. (Folleto 1 de desarrollo endógeno MINCI)
En el plano instrumental, “el modelo productivo estará conformado básicamente por las empresas de producción social, que constituyen el germen y el camino hacia el Socialismo del Siglo XXI, aunque persistirán empresas del Estado y empresas capitalistas privadas” (…) “Estas empresas de producción social, conforman entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio, no alienado y auténtico, no existe discriminación social en el trabajo y de ningún tipo de trabajo, no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición jerárquica, con igualdad sustantiva entre sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica,  señala el Proyecto Simón Bolívar.

Las fuentes documentales  oficiales, interpretan el  desarrollo endógeno desde una relación  multifactorial  donde lo social se integra a lo económico y a lo ecológico. Esta integración ocurre de tres maneras:
La integración económica,  en donde un sistema de producción específico permite a los agentes locales (la comunidad) usar, eficientemente, los factores productivos y alcanzar los niveles de productividad que les permiten ser competitivos.

La integración sociocultural: de los actores económicos y sociales (comunidad que produce) con las instituciones locales, formando un sistema de relaciones que incorporan los valores de la sociedad al proceso de desarrollo.

La integración política: que se logra mediante iniciativas de la comunidad y permite crear un entorno local que estimula la producción y favorece el desarrollo sostenible.

Este proceso de reconexiones implica que el desarrollo endógeno, recoja y comprenda los derechos humanos fundamentales como principal objetivo, de manera que se tome al ser humano en su totalidad, orientado a  alcanzar el desarrollo personal y comunitario, transformar sus propios recursos para producir nuevas fuentes de empleo, interactuar con la naturaleza y la tecnología,  preservar el medio ambiente y aprovecharlo correctamente,  desarrollar sus regiones, elevar la calidad de vida. (Documento Misión Vuelvan Cara)

Aun cuando, se reconoce el desarrollo endógeno solidario y sustentable como una alternativa para la superación del modelo económico heredado, de cara a  potenciar la justicia social, la equidad y la inclusión de la sociedad a mejores condiciones de vida, no hay garantías  para dar el gran salto cualitativo hacia un socialismo en el siglo 21.

En la actualidad, el balance de la profundidad de las transformaciones, tomando como punto de partida el componente socio-político, denota la existencia de núcleos estratégicos irresuelto que han ocasionado rezago, se pretende  hablar de socialismo, sesgo insuperables dada la condición del modo de producción capitalista venezolano, atípica determinada por la naturaleza petrolera del país, entrelazadas con la lógica a las economía hegemónica de EE.UU., hacia el cual se exporta el 60% de su producción venezolana,  potencia que es el principal  socio comercial.

Estos núcleos de irresoluciones  estratégicas, son parte de un compendio  para un debate urgente que se ha postergado, estos nódulos son, el problema de la democratización de los medios de producción, que al contrario que otros países del continente, en el caso venezolano se encuentra en manos del Estado,  la desaceleración en la construcción de la institucionalidad revolucionaria  y una notable resistencias al cambio por parte de los actores políticos hacia el transito de una economía capitalista a la economía socialista.

Asumiendo el debate de Rosa  Luxemburgo con Eduard  Bernstein, vinculada al tema  al transito del capitalismo al socialismo, a través del camino de la reforma social o la revolución en los términos del marxismo duro, el desarrollo de los acontecimientos socio-políticos pudieran estar dando pulsiones que indica, que en Venezuela se esta imponiendo la visión de la socialdemocracia, la cual a largo plazo no resolverá las grandes contracciones del modo de producción capitalista muy atado a la actividad petrolera. El autor del ensayo observa en situación socio-política un como fenómeno de enorme peligrosidad, en tanto que lo interpreta como un proceso revolucionario que puede ser transformado en una tradición de lo nuevo, sustentada en la filosofía de lo viejo (.como la plantea Bernstein es, para la socialdemocracia, el “ser o no ser”), si no posee la capacidad para dar el salto en la trasformación económica. 

Concuerda con Rosa Luxemburgo (1977: 49) que las posición teórica derivadas de las conclusiones generales tareas y prácticas de la socialdemocracia se reducen a que la lucha no debe encaminar su actividad cotidiana a la conquista del poder político (digo el socialismo) sino al mejoramiento de la situación de la clase obrera dentro del orden imperante. En ese sentido, el desarrollo endógeno como esta concebido no resuelve la contradicción-capital trabajo, sino que profundiza la acumulación del capital hacia un Estado consustancialmente fuerte y, permite el nacimiento de una nueva burguesía nacional que se redefine en función del nuevo proyecto.

Mejor dicho por Engels en el anti-düring ¿como pasar del  gobierno sobre las personas a la administración de las cosas y por la dirección de los procesos de producción?
Para iniciar la discusión John Hollowoy (1982: 11-17), sosteniente que toda la arquitectura teórica de la administración y la gestión pública deviene de la literatura burguesa, siendo su objetivo fundamental mejorar el funcionamiento del Estado liberal burgués, como instrumento mediante el cual se reproduce la dominación de la clase poseedora de los medios de producción sobre los asalariados.
Holloway (1982:41), considera que a pesar de las contribuciones teóricas de los viejos enfoque, “la teoría de la administración y la gestión pública concebida como el estudio detallado de la organización interna del Estado, ha sido dominada por la teoría burguesa, la cual es insuficiente para abordar el cambio, por tanto se requiere realizar un esfuerzo desde la critica marxista de su teoría y su praxis”.
Es preciso destacar, que el autor arguye que el enfoque capitalista es caracterizado una profunda debilidad teórica-metodológica, ya que a pesar de estudiar el funcionamiento del Estado y a demás de proponer formas de organización, lo caracteriza la incapacidad de superar las injusticias que se producen en el capitalismo, su limitación fundamentalmente deviene, que ese enfoque, desprecia en su concepción el concepto de lucha de clase  elaborada por  Marx  como  categoría medular para el estudio profundo del capitalismo,  para quien “toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad , es una historia de luchas de clases”.
Este autor expone, que una perspectiva revolucionaria de la administración y la gestión pública pasa inevitablemente por el proceso de destruir el Estado que administra sus acciones guiado por los intereses de clase. Lo cual significa  que un análisis marxista de este fenómeno social, deben partir del reconocimiento de la categoría lucha de clase como categoría básica para desentrañar el  relaciones de dominación que subyacen en su funcionamiento.
En la misma línea de trabajo, una propuesta que humaniza la discusión de la administración y gestión pública sin perder su anclaje en el marxismo lo realizan Ochoa y Gamboa (1984: 47-48), para quienes la gestión, “es un fenómeno social que requiere la armonización de los hombres y el mayor aprovechamiento de los recursos, siendo imprescindible la organización del trabajo colectivamente”.
Este  enfoque coloca su énfasis en la organización del trabajo colectivo (trabajo conjunto o trabajo comunitario) es fundamental para abordar los cambios  estructurales  que se desarrollan en el país, y constituye desde los aportes teóricos un punto principista  orientador de todo proceso de gestión emparentada con la vocación del cambio social estructural.   
Anaya (2009.), en un artículo publicado en la red, titulado “La gestión socialista de la administración pública y su significado”, sugiere que este planteamiento produce un salto radical, cuando hace referencia a la gestión socialista, la cual “sobresaliendo los elementos que la denoten, destacando entre ellos no  los resultados que se quieren obtener, si no que el proceso debe ser marcadamente participativo y humanista, bajo unas relaciones de trabajo de no sometimiento jerárquico. La gestión vendría a constituir, un conjunto de directrices dirigidas a incentivar y coordinar acciones para la toma acertada de decisiones, siendo de carácter público en tanto se encuentra orientada a establecer y al alcanzar metas colectivas, coordinada con la búsqueda del uso racional de recursos económicos, cuya premisa esenciales son los criterios de eficiencia y eficacia para darle repuesta al encargo de la sociedad.
Los rasgos más generales  de la propuesta son:
La gestión socialista para su diseño y planificación  tiene que contar con la participación de los trabajadores y orientada a la elaboración y ejecución de planes locales.

La comunidad plena y concientemente organizada para que intervenga activamente en la construcción  del diagnóstico participativo, determinación de objetivos y metas a corto, mediano y largo plazo, y un claro cronograma de ejecución de acciones para cumplir con lo establecido.

Contar con un equipo de planificación popular, de  compromiso probado y de una preparación integral, manejo ético de lo público; referida a la convicción y la responsabilidad que el  trabajo colectivo que se realiza, y el entendimiento del socialismo como sistema de organización económica social.

Lo financiero manejado con transparencia y conforme la prioridad establecida por organismos populares  quienes tienen la responsabilidad de la realización de auditoria social de los procesos.

Es necesario un real sujeto del poder desde abajo.
Si se observa la administración y la gestión pública en su dimensión real y concreta, la pregunta inicial realizada por Marx y reformulada por Holloway, en el caso venezolano se hace más perentorio, expresándose de la  siguiente manera: ¿Qué hacer con el Estado burgués que pervive como realidad concreta, en un proceso político de transformación revolucionaria socialista? ¿En definitiva cómo modelar desde el desarrollo endógeno solidario sostenible, otra perspectiva para abordar la administración y la gestión publica?
Entendiendo la administración y la gestión publica como un espacio de sociabilidad desde donde las organizaciones populares puedan empinarse para contribuir a la transformación  socia.
Según Atilio Boro citando a Holloway (en la Web): “No podemos decir que es necesario primero adoptar métodos capitalistas (luchar por el poder) para luego ir en el sentido contrario (disolver el poder). La historia nos grita que esto no funciona: el termidor estalinista ya está presente en la distinción leninista entre comienzos y desarrollo”.
Agrega acertadamente: La revolución solamente es concebible si comenzamos a partir del supuesto de que ser un revolucionario es un asunto muy común, muy habitual, de que todos somos revolucionarios, aunque en formas muy contradictorias, fetichizadas, reprimidas (...) El grito, el NO, el rechazo que es parte integral del vivir en una sociedad capitalista: ésta es la fuente del movimiento revolucionario”.
En lo que respecta al Estado y la administración y gestión pública, el problema esta asociado a la toma del poder y su ejercicio. Atilio Boro plantea recordar a Lenin, en la  cuestión del poder, ya que  subrayó la importancia de distinguir entre (a) la “toma del poder”, que era un acto eminentemente político por el cual las clases explotadas se apoderaban del estado y se convertían en nueva clase dominante y, (b) la concreción de la revolución, concebida como una empresa fundamentalmente civilizador, en donde la nueva correlación de fuerzas favorable a los agentes sociales de la nueva sociedad era ratificada por el control que ellos ejercían sobre el estado, el entramado institucional y el orden legal.

La critica marxista a la administración y la gestión pública, en el caso venezolano y en contexto de revolución se reduce a utilizar el Estado con calidad política y eficacia  revolucionaria para transformación social.

Se entiende la administración y la gestión publica como ejercicio de liberación de las clases sociales victimas de la explotación capitalista, que una vez que hayan desarrollado una conciencia social superior, utilizando los recursos científicos de esta disciplina le de repuesta al encargo de la sociedad.

La administración y la gestión pública implican un proceso dinámico de empoderamiento liberador de la sociedad. Hugo Chávez Fría presidente constitucional de la Republica Bolivariana de Venezuela en su discurso desde el Zulia, abordo el tema en los términos siguientes: "si queremos acabar con la pobreza hay que darle poder a los pobres, si queremos ayudar al pueblo hay que darle poder al pueblo.

La transferencia del poder al pueblo desde abajo, esta caracterizado por dos connotaciones; la necesidad de construir el poder popular en la figura de los Consejos Comunales como una instancia de gobierno con competencias y capacidad de articulación con las otras instancia de gobierno, y  la promoción y acompañamiento de formas de organizaciones populares cuya actividad este destinada a producción de bienes y servicios.

En concordancia con los anteriores planteamientos, el objetivo de la administración  y la gestión pública es generar cambios radicales corto, mediano  y a largo plazo, orientados a la procura de la igualdad de oportunidades, apoyados por las misiones educativas, de salud y de desarrollo endógeno, son instrumentos de tránsito a  la democracia socialista.
En ese sentido, en la coyuntura actual hay que postergar extinción del  Estado, es un instrumento valiosísimo para la profundización de la transformación estructural, reorientada hacia procesos liberadores, en los cuales se potencian utilizando las `políticas públicas socialistas necesarias en la transformación de la realidad concreta e histórica de Venezuela.
A demás la administración y la gestión publica de las políticas publica requieren de una justa sincronicidad (la simultaneidad en los esfuerzos) e integralidad entre los niveles de la acción publicas (macro, meso  y micro) encaminadas hacia las  metas del Proyecto Simón Bolívar.
Sobre esto  ultimo, la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela  (1999) indica que la participación protagónica del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública municipal es un medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo; así como que las autoridades municipales deberán promover y garantizar la participación de los ciudadanos y ciudadanas en la gestión pública y facilitar las formas, medios y procedimientos para que los derechos de participación se materialicen efectiva, suficiente y oportunamente.
López y Añez (2009: 114-141), plantean que la gestión municipal es  desarrollada “como la materialización de los lineamientos de la política social, a través de un conjunto de acciones orientadas a armonizar e integrar a la comunidad en el desarrollo local. Esto implica lograr una participación del pueblo y, promover entre este, el sentido de pertenencia de sus espacios, con el propósito de mejorar las condiciones socioeconómicas de la población.”
Los autores, añade la gestión municipal tiene como objetivo esencial proporcionarle la máxima felicidad posible a los ciudadanos, al brindarle la oportunidad de intervenir en el quehacer local conjuntamente con el gobierno municipal, al planificar con criterios de eficacia, equidad y justicia social y, decidir en la política de inversión del presupuesto municipal, es decir, de los recursos que manejan los distintos organismos públicos para la el financiamiento de proyectos comunitarios de diversas naturaleza”.

Por tanto, el autor de la investigación, propone un espacio de intercepción  entre el ámbito de la gestión municipal y el interés de las comunidades, que a pesar del difícil  camino transitado, siendo ese espacio gestacional el campo de gestión comunalizada (reapropiación comunitaria), para lo cual es necesario un urgente un debate  para darle significación en el proceso sociopolítico que vive el país.

Esta perspectiva otro mundo posible con otro desarrollo.

El escritor marxista húngaro, István Mészáros  sugiere dos rutas para el transito del capitalismo (cambio metabólico) al socialismo o para el transito desde la administración de las personas a la administración de la producción: El imperativo de un orden económico alternativo históricamente sustentable y la planificación como la necesidad para sobreponerse al atropello del tiempo del capital.

En relación al orden económico alternativo, István Mèstzáras (2008:386) considera que debería estar sustentado en una racionalidad global y humana, porque no puede haber éxito perdurable sin combinar la dimensión social amplia de la reproducción social con la búsqueda de una vida con sentido por parte de los individuos (…) subordinada a la necesidad humana”.

Según István Mészáros (2008:387) “la planificación, en el sentido mas profundo del termino, resulta vital para la corrección de los problemas de la sociedad y sus contradicciones. Pero la planificación en cuestión no se pude concebir sin su correspondiente dimensión del tiempo histórico (…) un tiempo histórico con significado humano”.

Finalmente el autor propone la progresiva transferencia de la toma de decisiones a los productores asociados (es decir transferirlos a todos los niveles, incluido el mas elevado de estos), el concepto de participación carece de lógica verdadera si no se rompen las barreras de la  escala de lo pequeño a la grande,  o lo local a lo global (…) pensar lo global y actuar en lo local.

Esta idea se concretara, utilizando en la transición la coordinación no jerárquica genuina, en contraposición con todas las formas conocidas y factibles de dominación y subordinación impuestas estructuralmente.


Conclusiones:

A finalizar este ensayo, se arribaron a las siguientes conclusiones teóricas, limitada por la imposibilidad de la aplicación práctica de instrumentos metodológicos que puedan dar luz sobre el tema en cuestión. Se aclara que los contructos que se exponen  esta sección no son absolutaciones  definitivas, es estas regularidades están sujetas al rumbo que tome el país en los próximos momentos.

La formación histórico-social de Venezuela, para su compresión es necesario abordarla desde la lógica de la modernidad, considerando su dibujo desde la perspectiva <<centro-periferia>>, que permitió configurar las relaciones sociales de producción capitalista.

Esta modernidad en tanto totalización del mundo, estuvo caracterizarías por un marcado optimismo el progreso, sobre el cual se construyeron las grandes utopías; las capitalistas y la socialista.

En ese sentido, las teorías y los enfoques de desarrollo, aplicados  en América latina y concretamente en Venezuela  dan cuenta de cuatro paradigmas; el liberal, estructuralista, neoliberal y neoestructuralista, los cuales centran su énfasis en aspectos como el crecimiento y/o la modernización, determinado por la realidad concreta en que discurren.

Cuando estos paradigmas no tienen la fuerza necesaria y no logran darle repuesta a los problemas sociales su filosofía y estructura de organización suelen entrar en una crisis de paradigma, hecho que ocurrió en el país. Crisis paradigmática que se extendió a la administración y gestión publica, construida sin considerar la potencia que pudiese imprimírsele desde las organizaciones populares.

Este terreno tambaleante de las teorías y los enfoques de desarrollo abrió la puesta al debate sobre cual es el otro desarrollo deseado,  en este contexto la idea-fuerza esta orientada al desarrollo endógeno como un instrumento de materialización de una nueva sociedad socialista.

El autor, considera que el modelo de desarrollo endógeno  tributa a palaliar el problema de la injusticia social, le exclusión y la inequidad, pero es insuficiente para la transformación estructural, ya que deja intacta la relación capital-trabajo-capitalista de  la sociedad venezolana.

Finalmente, a partir de la teoría crítica se pude configurar otro enfoque de administración y gestión publica, que entrelazada con las organizaciones populares se pueda superar el estadio de dominación del capital sobre los hombres.

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[1].- Sociólogo, profesor asistente, dedicación exclusiva de la     Universidad Bolivariana de Venezuela, Master en educación, egresado del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño-Cuba, cursante del doctorado de Desarrollo Estratégico, mención  Poder Popular y Organización Comunitaria.

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