domingo, 22 de mayo de 2011

Japón: la respuesta de la naturaleza al desarrollo capitalista

Si la tragedia atómica de Chernobyl, accidente ocurrido en la madrugada del 26 de abril de 1986 que produjo la liberación de enormes cantidades de material radiactivo a la atmósfera, contaminando grandes extensiones de Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania, afectando severamente a la población local, estremeció el mundo; lo ocurrido en el Japón en estos últimos días coloca en el tapete el peligro que significa para la humanidad el uso de esa fuente de energía.  La consecuencia de la tragedia en Chernobyl, se expresó en la muerte de 31 personas, 2 por la explosión y 29 a causa de la radiación, sin contar las víctimas civiles por radiación que en lo posterior sufrieron sus terroríficos efectos.
El terremoto que ha devastado al Japón, tiene resultados lamentables y preocupantes,  miles de muertos y heridos,  no se sabe cuántos desaparecidos, todo esto se ha complicado  por los daños causados por el fenómeno natural a la central nuclear de Fukushima, siendo su  nivel de radioactividad en la zona mil veces superior a la normal.-ferran balsells,  superior a los niveles de radiactividad de las bombas atómica lanzada por Estados Unidos contra Hiroshima y Nagasaki, que ha colocado a los japoneses y a sus vecinos al borde de una crisis de consecuencias humanas y ambiéntales importantes.
Mientras el número de victimas vinculadas directamente al terremoto de 9 grados en la escala de Richter, con epicentro en el Océano Pacífico, a 130 kilómetros de la península de Ojika, siendo el saldo oficial mayor a diez mil personas  - En tanto las victimas del desastre nuclear no se han visibilizado en los registros de las autoridades. Lo que si se sabe es que 210.000 personas han sido evacuadas de las inmediaciones de la central. El peligro no vino de Irán, con su programa de energía nuclear para uso pacíficos, sino  que emergió del corazón industrial del capitalismo, como lo declaran los representantes de la Casa Blanca.
El suceso ocurre en un momento cuando en Europa los movimientos y grupos ecológicos realizaban serios cuestionamiento a la canciller alemana Angela Merkel por permitir la ampliación del programa nuclear de ese país, quien como resultados de los acontecimientos en Japón ha tenido que impulsar la paralización de las centrales atómicas más antiguas de Alemania, mientras dure la moratoria de tres meses para verificar la seguridad de las centrales nucleares del país.
La trágica historia en un corto plazo demostró que los movimientos y grupos ecológicos activos en Alemania tenían toda la razón en cuanto los terribles riesgo que se ciernen  sobre la humanidad con el uso de esta fuente de energía.  La pregunta más acuciante para darle una explicación racional a la tragedia se vincula a dos procesos de la lógica de acumulación del sistema-mundo-capitalista: el depredador modelo desarrollista-industrialista y el calentamiento global ocasionado por la producción y el consumo de los países desarrollados.
Según  Javier Riojas, un articulo publicado en la red, titulado “Desarrollo, Modernidad y Medio Ambiente” dice que “Para poder satisfacer las (artificiales) necesidades de hiperconsumo de las sociedades industrializadas del mundo capitalista, es menester someter los limitados recursos naturales de la tierra a una sobreexplotación que los va degradando. Esto ocurre, en buena medida, a costa de los recursos naturales de los países del llamado Tercer Mundo que gravitan en la órbita de control de los países desarrollados. Se considera que si todo el mundo tuviera los niveles de consumo promedio de la sociedad estadounidense, sería necesario sobreexplotar a "tres planetas tierra" para lograrlo".
Noam Chomsky, plantea que el modelo de desarrollo del sistema-mundo-capitalista en la actualidad esta tensando los limites absolutos de la vida y de la naturaleza al elevar valores mezquinos de crecimiento, productivismo,  eficientismo y de enriquecimiento a ultranza, por encima de la naturaleza y el hombre, consustanciado con una filosofía cuyo bemol esencial es el dominio de la naturaleza.
Producto de la dinámica del modelo capitalista en su fase superior imperialista el lugar común para la humanidad es un constante proceso de riesgo, riesgo a que desaparezca el género humano, a la ampliación del hueco en la capa de ozono y al calentamiento global.  El mundo invertido que damos por sentado,  el capitalista con su mecánica de pulverizar hombres y mujeres, basado en el imperio del  gran capital transnacional, en perjuicio de los pobres y excluidos.
Una lógica macabra que banaliza la vida en la medida que sacramentaliza la producción, el mercado y el consumo exagerado aplastando al hombre y la mujer. Siendo el mejor ejemplo la invasión y la ocupación de Irak por parte de los Estados Unidos y sus aliados en la OTAN, para evidenciar la aplicación de esta filosofía de la muerte y la destrucción. Desde la llegaron de las tropas y sus contratistas de mercenarios a ese histórico país con la finalidad de apropiarse del petróleo,  la vida es bella sólo en films del director  Roberto Remigio Benigni, porque dejo de ser bella para sus pobladores.
En este contexto, toma mayor relevancia con la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra convocada por el presidente boliviano Evo Morales, donde el presidente Hugo Chávez Frías señalo: “El capitalismo es la condena de la especie humana y nos conduce directo al abismo” (…) “si queremos cambiar el clima, cambiemos el sistema”.  Para que la humanidad se reponga del riesgo, la única vía es el socialismo, el retorno del tiempo de Pachacuti como retorno del equilibrio.
Para David Choquehuanca Céspedes, canciller de Bolivia, la superación de los atropellos del tiempo del capital sólo es posible con el socialismo comunitario : “Para nosotros, los indígenas, lo más importante no es la plata ni lo es solamente el ser humano. Lo más importante para nosotros es la vida. En primer lugar está la madre tierra -nuestra madre naturaleza-, luego las plantas, los animales, las piedras, las estrellas, los ríos, las aguas. En último lugar está el ser humano. Queremos una vida armónica entre el ser humano y la naturaleza” (…) “Tenemos varias coincidencias con el socialismo. Buscamos la satisfacción de las necesidades y el bienestar de las personas, pero nuestra lucha no se queda sólo en eso. Al hablar de socialismo comunitario estamos incorporando la búsqueda del equilibrio con uno mismo, y de nosotros con nuestro entorno, con los demás seres humanos, con nuestras familias y con todo lo que nos rodea. Por eso hablamos del tackpacha, que significa ‘todo lo que existe’. También queremos incorporar poco a poco el retorno a la pacha (tierra) y hablamos del jacha uru (‘el gran día’). Cuando hablamos de socialismo comunitario nuestro mensaje es: queremos incorporar lo comunitario, no solamente en función de los seres humanos sino de todo”.

FBR Peumayén
http://fpeumayen.blogspot.com/2011/03/japon-la-respuesta-de-la-naturaleza-al.html

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