domingo, 22 de mayo de 2011

Complot imperialista contra La Republica Popular y Socialista Libia

Las transnacionales de la comunicación, parecen que se han olvidado de lo que ocurre en Egipto, Yemen, Argelia y Túnez, con las insurrecciones populares que han dado con el traste de gobiernos títeres establecidos con el apoyo de los Estados Unidos, el olvido ha sido total, y han centrado en los sucesos que discurren en La republica Popular Socialista de Libia.
Lo sucedido en Libia  no pude ser explicado con el prisma aplicado a Egipto, Yemen, Argelia y Túnez, sino con la estrategia desplegada por el imperialismo norteamericano en el caso de Yugoslavia que produjo una terrible guerra civil entre servios y croatas, cuyo resultado fue el desmembramiento de ese país, con la única finalidad de fortalecer la presencia de la OTAN, la misma OTAN que en 1999 arrazó su territorio a punta de bombas,  ante el debilitamiento de Rusia producto de la caída del ensayo del socialismo real.
Estados Unidos e Inglaterra, agrupados en la OTAN, han financiado y apoyado grupos insurrectos introducidos desde el extranjero para subvertir la estabilidad del país, han sobornado a la oposición  para ocasionar el caos social. Por eso, las agencias de comunicación imperialistas no visibilizan liderazgo nativos libios. Las cabezas pensantes de la estrategia guerrerista se encuentran en la Casa Blanca, sus jefes son los magnates petroleros de Texas, el clan Clinton y Barack Hussein Obama. 
La Revolución Verde,  constituyo la expresión y la respuesta de un pueblo ocupado por Italia y otras potencias militares como Inglaterra y Estados Unidos. El 1ro. de septiembre de 1969, el coronel Gaddafi inició en Sebba una insurrección que derroca la monarquía del rey Idris. Luego del triunfo popular el consejo de la revolución declara a Libia, sin vacilar, como un país musulmán, nasserista y socialista.
Un enfoque Nasserista en memoria a los postulados de Gamal Abdel Naseer, líder egipcio que dirigió la revolución  de julio de 1952  condensados en seis puntos: Primero, lograr la independencia de Egipto, es decir, eliminar la presencia británica. Segundo, terminar con el feudalismo. Tercero, suprimir el dominio del dinero sobre el poder político. Cuarto, instaurar un régimen que impusiera y respetara la justicia social. 
Quinto, organizar un ejército fuerte, que no padeciera las lacras que todos conocían en sus propias carnes y que se habían manifestado cruelmente en la guerra de Palestina. Sexto, establecer una democracia real. Revolución traicionada y paralizada por la burguesía árabe y respaldada por las potencias militares de occidente.
Según Radio Alerta Roja, la Revolución Verde ha propinado duros golpes al imperialismo:  
 Gaddafi entre sus primeras medidas logra “eliminar las bases militares norteamericanas e inglesas e imponer limitaciones a unas 60 firmas transnacionales petroleras en el país. Así como declaró que el Estado libio asumiría el control de la producción de petróleo”. 
La revolución “emprendió: reforma agraria, sistema de seguridad social, asistencia médica gratuita, participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas del Estado. Libia se convirtió con Gaddafi en el país africano con mayor ingreso per cápita”. 
Del mismo modo abrió la posibilidad de la creación de un poder popular vigoroso, que trajo consigo la pulverización de las instituciones heredadas de los tiempos del coloniaje europeo y norteamericano, visibilizando un pueblo con más de cinco millones de habitantes, estructurado en clanes, reunidos con un propósito común: defender la soberanía muchas veces vulnerada desde occidente capitalista. 
La Revolución Libia se ha opuesto en reiteradas ocasiones la las políticas sionistas de ocupación a territorios palestinos, a los bombardeos sistemáticos al pueblo libanés, cuando la ONU mantuvo su silencio sepulcral. 
La Republica Popular Socialista de Libia es un miembro activo de la OPEP, dado su condición de país petrolero, siendo uno de los principales proveedores de hidrocarburos livianos a Europa. La crisis estructural del capitalismo ha puesto en evidencia que su modelo económico es insostenible, su principal socio comercial petrolero como Venezuela, ha amenazado de continuar con la ingerencia en sus asuntos internos con cerrar el grifo petrolero, y construye nuevas alianzas con países como Irán, Rusia y China. 
En el entramado mediático transnacional destacan varias cosas que se han lazado al mundo sin una verificación previa: 
Se acusa al gobierno revolucionario, en la figura de  Muammar al-Gaddafi de violación a los derechos humanos, cuando la verdad es que los grupos insurrectos han tomado por las armas la mitad del país. Se amenaza a las autoridades libias de ser procesadas por la Corte Internacional de los Derechos Humanos. Algo similar con el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez Frías. 
La ONU se prepara para legitimar una ocupación de Libia, para lo cual ha movilizado buques militares, aviones y contingente para una eventual maniobra militar con la finalidad de hacerse con el poder y con el petróleo como lo hiciera con Irak. 
ONU que desestimó los resultados en victimas contra el pueblo civil de Operación Plomo Fundido, iniciada por Israel el 27 de diciembre de 2008, en la cual se utilizaron bombas de fósforo en la Franja de Gaza, bombas prohibidas por los convenios internacionales. 
La ONU ha respaldado el bloqueo contra Libia, que puede ocasionar un gran drama humanitario como el del Líbano, impidiendo la entrada de la ayuda humanitaria de los países del resto del mundo. 
El comándate Fidel Castro ha dado en el clavo cuando vaticinó: "Al gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días".
Acertadamente añadió: "una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio". 
Nuestro país debe cerrar fila por la paz, la solidaridad, la autodeterminación con el pueblo libio que defiende su revolución de las garras imperialista. Es necesario socializar con nuestro pueblo que lo acontecido requiere una lectura mas profunda que la transmitida  por las transnacionales de la comunicación conectadas en una cadena internacional que tiene como interlocutores únicos a los Estados Unidos. 
(*) Sociólogo

http://www.aporrea.org/internacionales/a119141.html

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