“Yo no
envidio a nadie, ni me parcializo por nadie, yo soy igual para con todos, para
aquel que me rinde servicio con dedicación es mi amigo, está en mi, y yo
también soy un amigo para él”.
Bhagavad-Gita.
Por: Dr. Hector Nariño.[1]
Esta
expresión entraña el principio de justicia social, de la igualdad o la equidad,
y la vocación. La vocación es la
inclinación a cualquier estado, carrera o profesión, para los religiosos, es la inspiración con que Dios llama a algún estado. Por eso el concepto
también se utiliza como sinónimo de llamamiento o convocación.
En
otras palabras, esta
inspiración siguiendo con esta línea, la vocación es el destino que Dios elige
para cada persona.
En los
religiosos, la vocación está vinculada a cumplir con la voluntad de Dios en la
vida cotidiana, la vocación es servir a
dios.
La
vocación también es considerada como un proceso que se desarrolla durante toda la
vida, ya que se construye de forma
permanente. Implica descubrir quién soy, cómo soy y hacia dónde quiero
ir. Las respuestas a esos interrogantes marcarán la vocación y el camino a
seguir por el individuo en su desarrollo social. Y la referencia al espirito
vocacional del trabajador de salud tal cual el juramento hipocrático lo hace
como fuente de inspiración invoca a los dioses y la dedicación del médico para
lograr la salud de los individuos sin menoscabo de particularidades posibles
como la máxima expresión ética profesional.
[1] Cursante del Postgrado de Medicina. Convenio Universidad Bolivariana de Venezuela- Hospital
Coromoto. Reflexiones para el debate realizado en la Unidad Curricular Análisis
socio-político y derecho a la salud en Venezuela a cargo del Prof. Oswaldo
Garrido.
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