Dr.
Jesús González P.[1]
En
Venezuela al igual que en otro países latinoamericanos los accidentes de origen
domestico son muy frecuentes, partiendo de la premisa que el hogar es el sitio
mas inseguro y nuestros niños no están exentos a las eventualidades que ocurren
en la misma, es por ello la importancia de traer a capitulo esta temática que
sin respetar raza, genero, condición socio-económica tanto de la familia como
la del Estado, tomando en cuenta que los pacientes quemados generan grandes
gastos desde los inicios y aun mas posterior al evento y las lesiones
accidentales más graves implican la utilización frecuente de los servicios más
costosos de la red de hospitales y clínicas: emergencia, cuidados intensivos,
quirófano y rehabilitación física y psíquica trayendo como consecuencia los
elevados costos de la atención médica, la cual en muchos de nuestros países
carece de intereses partidistas o burocráticos sin percatarse de la realidad
incapacitante a futuro de nuestra fuerza laboral en manos de nuestros niños.
A nivel mundial el comportamiento estadístico de las quemaduras
refleja que en Estados Unidos aproximadamente 92.500 niños de hasta 14 años
recibieron atención médica en salas de emergencia por lesiones causadas por
quemaduras (58.100 fueron quemaduras térmicas, 22.600 fueron escaldaduras,
7.200 fueron quemaduras químicas y 2.600 fueron quemaduras eléctricas).
En Venezuela las quemaduras afecta a niños de 5 a 9 años y generalmente estas
lesiones ocurren en el hogar. Según Zapata en este país se generan
aproximadamente 1200 pacientes quemados graves y 10800 quemados moderados, los
cuales no tienen a dónde acudir, y un porcentaje importante de ellos fallecen
por la inexistencia de salas adecuadas en los hospitales generales o de niños,
y a la falta de camas de terapia intensiva en unidades de quemados.
Las quemaduras no constituyen un trauma frecuente, sin embargo,
estas representan una verdadera enfermedad social ya que los casos no solo
sufren lesiones corporales sino también psíquicas, lo que dificulta en muchas
ocasiones su inserción en la sociedad nuevamente, agravando esto las
limitaciones funcionales que pueden traer como consecuencia las lesiones por
quemaduras
Por esta razón, es necesario combinar esfuerzos para ayudar a que estas
cifras disminuyan a través de la difusión de información sobre la prevención de
las quemaduras, principalmente en el segmento de alto riesgo que es la
población infantil.
Si muchos de los accidentes
son en casa, la prevención debe estar orientada en la familia que ajena de la
planificación familiar de nuestros países latinoamericanos bien sea por cultura
o por falta de apoyo gubernamental, no obstante el enfoque de la misma es en
virtud del aprendizaje continuo por diferentes medios de comunicación con
información precisa y concisa ejemplificando los diferentes motivos y/o agentes
causales.
En las
cocinas lo que hay que evitar ante todo, niños de edad temprana, a partir de
que llegan a esa meta tan importante como es ponerse de pie, la bipedestación,
tener mucho cuidado cuando estemos cocinando. Hay que educarles en este
sentido, no sencillamente prohibir, porque prohibir por prohibir no creo que
sea la mejor forma, pero si enseñarle de una forma progresiva, acercándoles la
mano con cuidado, que ellos noten realmente que allí hay un peligro.
Precauciones básicas: como que los mangos de las sartenes
deben estar siempre por la parte interior de lo que es la encimera, cuando
manipulamos o transportamos una cafetera, una tetera o una olla con sopa, una
sopera, pues que los niños no nos hagan tropezar, es un accidente muy habitual.
Otro accidente cada vez menos frecuente,
afortunadamente, pero muy lamentable, es el quemar bebés con el agua de baño.
Niños que los introducen en la bañera cuando el agua todavía está demasiado
caliente. Hay que tener termómetros y hay que asegurarse, tocar el agua antes
de poner al niño.
En el campo de los aparatos eléctricos, no utilizar
aparatos eléctricos cerca de un recipiente con agua, una bañera y por otro
lado, haciendo referencia a los niños, sobre todo cuando gatean, tener los
enchufes protegidos, los protectores de los enchufes, porque el niño tiene
curiosidad e introduce cualquier objeto dentro de los agujeritos que a él le
llaman la atención y son fuente de electrocuciones.
Evite utilizar manteles o individuales grandes.
Si un niño pequeño tira de ellos, tal vez se vuelque una bebida o un plato de
comida caliente encima.
Mantenga las bebidas y los alimentos calientes fuera del alcance de los niños.
Nunca tome bebidas calientes o sopa con un niño
sobre su falda, ni transporte platos o líquidos calientes por donde están sus
hijos.
Nunca alce a un bebé o un niño pequeño mientras
cocina.
Nunca caliente los biberones en el microondas.
El líquido se puede calentar de manera despareja y dejar zonas de leche que
pueden escaldar la boca de su bebé.
Coloque mallas de protección en los hogares de leña o las estufas. Los radiadores y los calentadores eléctricos también deben contar con una malla de protección.
Coloque mallas de protección en los hogares de leña o las estufas. Los radiadores y los calentadores eléctricos también deben contar con una malla de protección.
Utilice los juegos de jardín con precaución. Si afuera hace mucho calor, úselos sólo por la mañana, ya que se habrán enfriado durante la noche.
Retire el asiento de seguridad o la sillita de paseo de su hijo del sol cuando no los esté usando; el metal o el plástico, si se calientan, pueden provocarles quemaduras a sus hijos.
Si debe dejar el asiento para el automóvil o la
silla de paseo al sol, cúbralos con una frazada o una toalla.
Antes de estacionar su automóvil en un día de
calor, esconda las placas metálicas de los cinturones de seguridad en los
asientos para evitar que el sol las caliente.
Entre estas y otras precauciones deben ser
consideradas constantemente por todos los integrantes familiares y aun mas
cuando la cuantían de infantes es numerosa en la familia lo cual es muy
característico en nuestra cultura y sociedades, para lo cual es importante que
se valorice la prevención mas que la curación y en ambos las políticas de los
Estados llevan la batuta.
Cuando la mayoría de la
población tenga acceso a algún medio de comunicación y esté suficientemente
educada para entender mensajes de prevención, escritos u orales, estarán dadas
las condiciones para que las estrategias educacionales produzcan los mejores
resultados. Sin embargo, es conveniente recordar que ningún método aislado de
intervención es totalmente efectivo y que la educación puede aumentar el
conocimiento, pero no necesariamente puede conducir a cambios de comportamiento
o de estilo de vida y por tanto, las técnicas modernas de la teoría
motivacional deben ser usadas para promover el interés del público.
[1] Medico residente
cursante del postgrado de
Caumatología . Convenio Universidad
Bolivariana de Venezuela y Hospital Coromoto, Trabajo realizado a partir del
debata en la Unidad
curricular Dimensión sociopolítica y derecho a la salud en Venezuela, impartida
por el Prof. Oswaldo Garrido.
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