miércoles, 22 de agosto de 2012

DR. DIOGENES BRICEÑO: 7 LECTURAS PARA TENSIONAR LA REALIDAD MÉDICA VENEZOLANA.


DR. DIOGENES BRICEÑO.[1]


LECTURA 1: LECCIONES DE ANATOMÌA DEL DR.TULP.

“La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp” es un cuadro del pintor holandés Rembrandt,(óleo sobre lienzo) perteneciente al arte barroco holandés de principios del siglo XVII, concretamente al estilo tenebrista.

    La historia del arte le considera uno de los mayores maestros barrocos de la pintura y el grabado, siendo con seguridad el artista más importante de la historia de Holanda. Su aportación a la pintura coincide con lo que los historiadores han dado en llamar la edad de oro holandesa, el considerado momento álgido de su cultura, ciencia, comercio, poderío e influencia política.

Es el primer retrato de grupo pintado por Rembrandt. Fue un encargo del potente gremio de los cirujanos, de los cuales Tulp, famoso médico de Ámsterdam, era un representante eminente.

El cuadro muestra una lección de anatomía con un grupo cirujanos impartida por el doctor Nicolaes Tulp.  

                 El cuadro que contemplamos constituyó una obra de especial importancia para su autor porque resultó un éxito rotundo, lo que le consagró como el pintor más importante del momento.

    Se trata de un encargo hecho al artista por el gremio de cirujanos de la ciudad de Amsterdam para homenajear al primer anatomista de la ciudad Nicolaes Tulp, tomando como temática la de una famosa lección que impartiera este cirujano sobre el cadáver de un ajusticiado.


Se trata en primer lugar de un retrato de grupo o retrato colectivo, muy frecuente en los Países Bajos, y de los que Rembrandt realizó varios. En este caso dispone a los retratados, ninguno de los cuales era cirujano, en una estructura piramidal, pero agrupados estrechamente en torno al maestro cirujano, consiguiendo de esta forma un gran efecto de unidad entre todos ellos.

Un primer aspecto a destacar es la nitidez y la claridad, el realismo en suma, que consigue Rembrandt en la reproducción de todos los detalles, incluso de los más pequeños. En este sentido es de destacar, por su morbosidad, la precisión en la imagen de la mano diseccionada en la que se centra la lección del doctor.

       En segundo lugar, también aquí la luz es protagonista, Y de nuevo una luz tenebrista, que crea contrastes violentos de luz y sombra. En este caso, parece que los rostros de los protagonistas se iluminen en medio de la penumbra del fondo y del negro de sus propias vestimentas, lo que acentúa sin duda la expresividad de todos los rostros.

Este es otro de los elementos en los que Rembrandt mejor muestra su magisterio:   la expresividad que inculcaba a sus rostros. En esta ocasión podemos observar cómo cada uno de ellos no sólo respeta la fisonomía peculiar de cada uno, sino que además cada cual mantiene una expresión y una posición distintas. Todos mostrando su curiosidad y una actitud reflexiva y atenta, transmitiendo en conjunto una atmósfera de serenidad, calma y orden.

No falta tampoco en esta obra una línea diagonal que fija nuestra atención en la escena.

   En esta ocasión dirigida desde las miradas de los tres espectadores que atienden los manejos del doctor Tulp hasta las tijeras que manipulan sus manos, que como dos luminarias parecen flotar en medio de la oscuridad que las envuelve, lo que determina que nuestra mirada se fije en este punto del cuadro irremediablemente. Su contraste con la luminosidad del cadáver acentúan aún más su expresividad.


LECTURA 2:  CORAZÓN VALIENTE.

                             CORAZÓN VALIENTE
EN ALGÚN LUGAR DEL INFINITO UNIVERSO
MI CORAZÓN VALIENTE Y MIS PENSAMIENTOS ESTARÁN PARA TI
PORQUE LA ÚNICA VERDAD DE MI VIDA ERES TÚ…
Y LOS PROBLEMAS DE MI VIDA TAMBIÉN SE LLAMAN TÚ…

Y FUE MI CORAZÓN VALIENTE QUIEN LE DIJO A ESOS OJOS QUE ME ENAMORARON
QUE EL VERDADERO AMOR DE MI VIDA SE LLAMAN TÚ…
ESA VERDAD QUE UN DÍA ESCUCHASTES DE MIS LABIOS SÓLO TE ALEJARON DE  MI

YO SOY DE CORAZÓN VALIENTE….
Y EN LUGAR DE DEDICARTE UN PAR DE CANCIONES
DECIDÍ ESCRIBIRTE UN POEMA PARA DECIRLE AL MUNDO
QUE EL VERDADERO AMOR DE MI VIDA SE LLAMA TÚ…


EN ALGÚN LUGAR DEL INFINITO UNIVERSO
SI EL AMOR PUEDE VER A TRAVÉS DE MI CORAZÓN VALIENTE
SABRÁS QUE ESTOY A TU LADO ELEVANDO AL CREADOR UNA ORACIÓN POR TI

PORQUE PARA TÚ AMOR MI CORAZÓN VALIENTE LO TIENE TODO
DESDE LA ÚLTIMA GOTA DE LA ESENCIA DE MI SER
Y TENGO TAMBIÉN UN CORAZÓN VALIENTE QUE SE MUERE POR DARTE TODO MI AMOR
Y RECUERDA QUE MI CORAZÓN VALIENTE A TI TODO TE LO HA PERDONADO PORQUE EL AMOR DE MI VIDA SE LLAMA TÚ….

DR.DIOGENES BRICEÑO (dsba_45@hotmail.com)

LECTURA 3: CONCIENCIA DEL DEBER SOCIAL DEL MÉDICO VENEZOLANO.

Los conceptos de Ethos Médico, Código de Ética y Ley de ejercicio de la Medicina se hallan íntimamente vinculados; no obstante se justifica hacer algunos señalamientos.

El Ethos comprende aquellas actitudes distintivas que caracterizan a una cultura o a un grupo profesional en cuanto a que esta cultura o profesión sostiene una postura que demuestra la dedicación a ciertos “Valores” y a la jerarquía de los mismos. El Ethos médico traduce la calidad de miembros de una profesión entendida como una vocación en el sentido de un servicio irrevocable a la comunidad y una dedicación a “valores” más que a “ganancia financiera”. El código de ética en medicina obedece a un esfuerzo premeditado de fortalecer el Ethos médico, sirviendo de ayuda a los médicos –individual o colectivamente- en el mantenimiento de un alto nivel de conducta ética. Las orientaciones del mismo determinan lo que debe considerarse conducta apropiada en relación con los pacientes, con los colegas, con los miembros de profesiones afines y con la sociedad.


     Las pautas contenidas en el código de ética deben distinguirse de las imposiciones descritas en la Ley de Ejercicio de la Medicina, y es obvio que el estricto cumplimiento del primero evita o aminora la interferencia del Estado en cuestiones intrínsecas del ejercicio profesional médico.


La ética de los médicos se fundamenta en un código de comportamiento aceptado por los miembros de nuestra profesión y de obligatorio cumplimiento, pero no por ello dejan de observarse singulares coincidencias entre las normas éticas y las disposiciones legales aunque su origen sea diferente. Así, una conducta infame constituye una ofensa que cae bajo ambas jurisdicciones y aunque numerosos aspectos de la praxis médica quedan fuera de lo contemplado por el ordenamiento legal, no por ello pierden relevancia ya que constituyen un comportamiento impropio merecedor de la desaprobación del gremio médico. El comportamiento ético es un deber auto impuesto por el médico honesto, orgulloso de no ceder a ciertas tentaciones y cuyo efecto pudiera no someterle a medidas punitivas legales, pero cuya práctica no por ello dejaría de constituir acciones repugnantes y por lo mismo indeseables. La desaprobación por los demás miembros de la profesión, la sanción de orden moral, involucra mayor castigo que la aplicación de medidas legales, e inclusive no actúa como atenuante para la pena de orden moral, la ausencia de sanciones de carácter jurídico. En nuestra profesión algunos principios pueden calificarse de inmanentes porque son inseparables de la esencia misma de la medicina..El respecto a la dignidad de la persona humana constituye en todo momento deber primordial del médico.

LECTURA 4: EL NACIMIENTO DE LA CLÍNICA. MICHEL FOUCAULT.


Este libro trata del espacio, del lenguaje y de la muerte; trata de la mirada.
Hacia mediados del siglo XVIII, Pomme cuidó y curó a una histérica haciéndola tomar "baños de diez a doce horas por día, durante diez meses completos". Al término de esta cura contra el desecamiento del sistema nervioso y el calor que lo alimentaba, Pomme vio "porciones membranosas, parecidas a fragmentos de pergamino empapado... desprenderse con ligeros dolores y salir diariamente con la orina, desollarse a la vez el uréter del lado derecho y salir entero por la misma vía". Lo mismo ocurrió "con los intestinos que, en otro momento, se despojaron de su túnica interna, la que vimos salir por el recto. El esófago, la tráquea y la lengua se habían desollado a su vez; y la enfer­ma había arrojado diferentes piezas, ya por el vómito, ya por la expectoración".

Y he aquí como, menos de cien años más tarde, un médico percibió una lesión anatómica del encéfalo y de sus envolturas; se trata de "falsas membranas", que se encuentran con frecuencia en sujetos afectados por "meningitis crónica": "Su superficie externa apli­cada a la aracnoides de la duramáter se adhiere a esta lámina, ora de un modo muy flojo, y entonces se las separa fácilmente, ora de un modo firme e ínti­mo y, en este caso, algunas veces es muy difícil des­prenderlas. Su superficie interna está tan sólo contigua a la aracnoides, con la cual no contrae ninguna unión... Las falsas membranas son a menudo transparentes, sobre todo cuando son muy delgadas; pero, por lo común, tienen un color blanquecino, grisáceo, rojizo y más raramente amarillento, parduzco y ne­gruzco. Esta materia ofrece, con frecuencia, matices diferentes que siguen las partes de la misma membra­na. El espesor de estos productos accidentales varía mucho; son a veces de una delgadez tal que se po­drían comparar a una tela de araña. La organiza­ción de las falsas membranas presenta, asimismo, muchas variedades: las delgadas son membranosas, pa­recidas a las películas albuminosas de los huevos y sin estructura propia diferente. Las demás, ofrecen a me­nudo en una de sus caras huellas de vasos sanguíneos entrecruzados en diversos sentidos e inyectados. A me­nudo son reductibles en láminas superpuestas, entre las cuales se interponen frecuentemente coágulos de una sangre más o menos decolorada."

Entre el texto de Pomme que llevaba a su forma última los viejos mitos de la patología nerviosa y el de Bayle que describía, para un tiempo del cual no hemos salido aún, las lesiones encefálicas de la pará­lisis general, la diferencia es ínfima y total. Total, para nosotros, porque cada palabra de Bayle, en su precisión cualitativa, guía nuestra mirada en un mun­do de constante visibilidad, mientras que el texto an­terior nos habla el lenguaje, sin apoyo perceptivo, de los fantasmas. Pero esta evidente división, ¿qué experiencia fundamental puede instaurarla más acá de nuestras convicciones, allá donde éstas nacen y se justifican? ¿Quién puede, asegurarnos que un médico del siglo XVIII no veía lo que veía, pero que han bas­tado algunas decenas de años para que las figuras fan­tásticas se disipen y el espacio liberado deje venir hasta los ojos el corte franco de las cosas?

No ha habido "psicoanálisis" del conocimiento médico, ni ruptura más o menos espontánea de los cer­cos imaginarios; la medicina "positiva" no es la que ha hecho una elección "del objeto" dirigida al fin so­bre la objetividad misma. Todos los dominios de un espacio quimérico, por el cual se comunican médicos y enfermos, psicólogos y prácticos   (nervios tensos y torcidos,  sequedad  ardiente,  órganos  endurecidos  o quemados, nuevo nacimiento del cuerpo en el bené­fico elemento de la frescura de las aguas), no han desaparecido; han sido desplazados más bien, y como encerrados en la singularidad del enfermo, del lado de la región de los "síntomas subjetivos" que define para el médico no ya el modo del conocimiento, sino el mundo de los objetos por conocer. El vínculo fan­tástico del saber y del sufrimiento, lejos de haberse roto, se ha asegurado por una vía más compleja que la simple permeabilidad de las imaginaciones; la pre­sencia de la enfermedad en el cuerpo, sus tensiones, sus quemaduras, el mundo sordo de las entrañas, todo el revés negro del cuerpo que tapizan largos sueños sin ojos son, a la vez, discutidos en su objetividad por el discurso reductor del médico y fundados como tan­tos objetos por su mirada positiva. Las imágenes del dolor no son conjuradas en beneficio de un conoci­miento neutralizado; han sido distribuidas de nuevo en el espacio donde se cruzan los cuerpos y las mira­das. Ha cambiado la configuración sorda en la que se apoya el lenguaje, la relación de situación y de pos­tura, entre el que habla y aquello de lo cual se habla. En cuanto al lenguaje mismo, ¿a partir de qué mo­mento, de qué modificación semántica o sintáctica, se puede reconocer que se ha transformado en discurso racional? ¿Qué línea decisiva se traza, por consiguien­te, entre una descripción que pinta las membranas como "pergaminos empapados" y esta otra, no menos cualitativa, no menos metafórica que ve, extendidas sobre las envolturas del cerebro, películas de clara de huevo? ¿Las láminas "blancuzcas" y "rojizas" de Bayle son, para un discurso científico, de valor diferente, de solidez y de objetividad más densas, que las laminillas endurecidas descritas por los médicos del siglo XVIII? Una mirada un poco más meticulosa, un recorrido ver­bal más lento y mejor apoyado en las cosas, valores epitéticos finos, a veces algo enredados, ¿no es simple­mente, en el lenguaje médico, la proliferación de un estilo que desde la medicina galénica ha tendido, ante el gris de las cosas y de sus formas, playas de cua­lidades?

Para comprender cuándo se ha producido la mu­tación del discurso, sin duda es menester interrogar algo más que los contenidos temáticos o las modali­dades lógicas, y recurrir a esta región en la cual las "cosas" y las "palabras" no están aún separadas, allá donde aún se pertenecen, al nivel del lenguaje, manera de ver y manera de decir. Será menester poner en duda la distribución originaria de lo visible y de lo invisible, en la medida en que ésta está ligada a la división de lo que se enuncia y de lo que se calla: entonces aparecerá, en una figura única, la articula­ción del lenguaje médico y de su objeto. Pero de pre­cedencia no hay ninguna para que no se plantee una cuestión retrospectiva: sólo merece su puesta a la luz de una intención indiferente la estructura hablada de lo percibido, este espacio lleno en el hueco del cual el lenguaje toma su volumen y su medida. Es menes­ter colocarse y, de una vez por todas, mantenerse en el nivel de la espacialización y de la verbalización fundamentales de lo patológico, allá de donde surge y se recoge la mirada locuaz que el médico posa sobre el corazón venenoso de las cosas.

La medicina moderna ha fijado su fecha de nacimien­to hacia los últimos años del siglo XVIII. Cuando re­flexiona sobre sí misma, identifica el origen de su positividad a una vuelta, más allá de toda teoría, a la modestia eficaz de lo percibido. De hecho, este su­puesto empirismo no descansa en un nuevo descubri­miento de los valores absolutos de lo visible, ni en el abandono resuelto de los sistemas y de sus quimeras, sino en una reorganización de este espacio manifiesto y secreto que se abrió cuando una mirada milenaria se detuvo en el sufrimiento de los hombres. El reju­venecimiento de la percepción médica, la viva iluminación de los colores y de las cosas bajo la mirada de los primeros clínicos no es, sin embargo, un mito; a principios del siglo XIX, los médicos describieron lo que, durante siglos, había permanecido por debajo del umbral de lo visible y de lo enunciable; pero no es que ellos se pusieran de nuevo a percibir después de haber especulado durante mucho tiempo, o a escuchar a la razón más que a la imaginación; es que la relación de lo visible con lo invisible, necesaria a todo saber concreto, ha cambiado de estructura y hace aparecer bajo la mirada y en el lenguaje lo que es­taba más acá y más allá de su dominio. Entre las palabras y las cosas, se ha trabado una nueva alianza, que hace ver y decir, y a veces en un discurso tan realmente "ingenuo" que parece situarse en un nivel más arcaico de racionalidad, como si se tratara de un regreso a una mirada al fin matinal.

LECTURA 4: EL ESPEJISMO DE DAWKINS.

 El cristianismo tiene una larga historia. La forma, pues, de argumentar la racionalidad (sentido o significación) del comportamiento religioso ha variado también en la historia. Por ejemplo: en el tomismo (las célebres “cinco vías”). Además, han aparecido diferentes formas de pensar: así, no es lo mismo el mundo católico que la teología evangélica (que llevaría a la versión moderna de Karl Barth, por ejemplo). Podemos hablar, por tanto, de un “cristianismo antiguo” cuyos razonamientos, es verdad, mantienen todavía hoy grupos conservadores. 


Pero, junto a éste, hay hoy un “cristianismo crítico” que está formado por pensadores católicos, evangélicos, anglicanos, etc., que tratan de replantearse con seriedad el sentido de las creencias religiosas desde la imagen del universo, de la vida y del hombre en la ciencia. Pues bien, Dawkins sólo se refiere a ese “cristianismo antiguo”, e incluso presenta una caricatura de sus enfoques. 


En otras palabras, ignora completamente (no expone, no pondera, no discute) los argumentos de ese “cristianismo crítico” al que debería referirse si realmente intenta discutir la religiosidad desde la actualidad. Aunque cita algunos autores de ese “cristianismo crítico”, de forma más bien “retórica” (quizá para que no se diga que no se citan), la impresión que produce es que ignora casi enteramente su mundo. 


Pongamos un ejemplo. Si nos planteamos hoy la pregunta ¿es la filosofía marxista defendible ante los resultados de la ciencia en la actualidad?, no es lo apropiado ir a los argumentos construidos en tiempos de Marx –Engels (mitad del XIX) y confrontarlos con la ciencia actual. Lo correcto es ir a los autores marxistas actuales que han reformulado el marxismo a la luz de la ciencia moderna y discutir esa interpretación. Valorar la racionalidad de la religión hoy exige discutir con los autores “en punta” de la actualidad; no basta discutir con una caricatura simplificada del pasado que nosotros mismos (aquí Dawkins) creamos. 


      Para los autores de ese cristianismo crítico es hoy común admitir que el universo es, en último término, un enigma que no ha sido descifrado todavía de forma final y segura. No se niega que una respuesta pueda ser el ateísmo. Se respetan sus argumentos, su honestidad personal y, obviamente, su derecho a exponer sus opiniones e intentar convencer a otros en el marco del diálogo abierto en una sociedad libre. El ateísmo es una opción libre racionalmente posible.

El cristianismo crítico piensa que ese universo enigmático podría también entenderse por referencia a la hipótesis de una Divinidad, fundamento del ser y creadora. Y para ello presenta sus argumentos, consciente de que son “filosofía” y de que deben ser entendidos en el marco de restricciones de la epitsemología moderna, popperiana y postpperiana. Lo que el cristianismo crítico pide al ateísmo es tan simple como esto: que el ateísmo respete la valoración racional libre del teísmo (ante un universo enigmático) de la misma manera que el teísmo respeta racional y moralmente al ateísmo (y por ende al agnosticismo). 


LECTURA 5: El plan Nacional Simón Bolívar:

Se define como un proyecto socialista, enmarcado en las necesidades y desarrollo de Venezuela. Este proyecto se le presento al país por el Gobierno Bolivariano presidido por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías.


El Plan Nacional Simón Bolívar se orienta como un primer plan nacional socialista con la finalidad de construir el socialismo del siglo XXI, desde el año 99 hasta el 2007 Venezuela inicio un proceso de cambio y transformación como lo es: en lo político, económico, social, salud y educación en todos estos aspectos surgieron cambios de manera positivas para ir colocando las creación de un piso de desarrollo para que nuestro país creciera en todos los aspectos que competen a la nación, sin embargo hay que mencionar la gran participación de pueblo de Venezuela ya que, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela le permitió al pueblo ser protagonista de los programas sociales, educativos, culturales, políticos, salud y las grandes misiones gracias a la Constitución el pueblo goza de participar y se protagonista de LA REVOLUCION BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
 

Con esta primera fase año 99 a 2007 se puede decir muchas elementos positivos, pero también hay que referirse el Golpe de Estado 2002, donde la nación perdió grande cantidades de dinero productos de los planes nefastos elaborado por la oposición con ayuda internacional, no optantes hubo la necesidad de profundizar las líneas estratégicas de desarrollo económico y social es donde el Presidente Chávez presenta al país septiembre 2007 el gran proyecto PLAN NACIONAL SIMÓN BOLÍVAR 2007-2013 sería la segunda fase de las líneas estratégicas de desarrollo económico y social el plan Nacional Simón Bolívar es la continuación del proyecto que se inicio en el año 99 con un visión pre socialista, sin embargo el Plan Nacional Simón Bolívar es el primer proyecto con carácter socialista profundizando el desarrollo de la nación.


LECURA 6: "Yo soy la voz en el Desierto, yo soy la voz de Cristo en esta Isla y están en pecado Mortal".


     EL DESIERTO DEMUESTRA ESTERILIDAD DE LA CONCIENCIA DE LOS ESPAÑOLES Y DE LA POCA EMPATIA POR LAS TIERRAS DEL NUEVO MUNDO IGNORADO POR ELLOS Y DE SU POCO TRATO HUMANO PARA SUS HABITANTES  LEJOS DE LOS CANONES DE DIOS  Y QUE LES ADVIERTE A ESTOS CONQUISTADORES QUE ESTABAN EN PECADO MORTAL POR TODAS LAS VIOLACIONES A LA ESENCIA HUMANA COMO SON LA LIBERTAD  EN TODAS SUS EXPRESIONES.LECTURA 7: PASCAL. EL CORAZÓN TIENE RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE.


           El ser humano está compuesto por una dicotomía. Por un lado, es un ser racional sobre sus acciones.

 El amor se manifiesta como un deseo infinito de amar y ser amado.

 La característica  principal de la racionalidad es no perder la razón, y poder hacer que nos obedezca pero, el ser humano no puede controlarlo todo puesto que existen muchos aspectos de la realidad que no dependen de la voluntad.





                                  











[1] .- Medico residente. Cursante del postgrado. Convenio Universidad Bolivariana de Venezuela y Hospital Clínico Coromoto. Este trabajo es un intentando de correlacionar lecturas de carácter general con el fenómeno de la medicina en un proceso de transformación social como el que vive Venezuela, y son el producto de mis reflexiones en la Unidad Curricular Dimensión socio política y derecho a la salud impartida por el Prof. Oswaldo Garrido. 2012.

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