miércoles, 22 de agosto de 2012

Dra. Maikely Mendoza de Schwab: EVOLUCIÓN Y REVOLUCIÓN EN LA RELACIÓN MÉDICO PACIENTE.




Dra. Maikely Mendoza de Schwab.[1]


Tratare de expresar algunas reflexiones y quizás un análisis ético, tomando en cuenta algunas perspectivas dentro de la teoría social,  en el estudio de las ciencias y tecnologías médicas, justamente, porque ellas han contribuido, en forma muy eficiente, a los cambios sociales trascendentales ocurridos dentro del todo social y son innumerables los logros sociales debidos al desarrollo de estas tecno-ciencias.
Sin embargo, resulta imprescindible acotar cómo los resultados del conocimiento médico se impactan, de manera diferente cuando son utilizados de manera positivista e instrumental, que cuando se desarrollan y analizan desde una perspectiva ético - reflexiva.
El surgimiento de la medicina como ciencia, después de haber internalizado  los paradigmas anatomo-clínicos, fisio-patológicos y etio-patológicos, éste último consolidado con las investigaciones de Pasteur y su teoría sobre el origen de las enfermedades, tuvieron como resultado un avance de tal magnitud, que el conocimiento médico, en el contexto de las relaciones capitalistas, expresándose en el desarrollo paralelo de otras ciencias, conocidas muy bien por nosotros como son la epidemiología, la inmunología, el uso sistemático de las estadísticas médicas o también llamada bioestadística, acompañadas del desarrollo de la administración y la salud públicas, así como la medicina social, con sus correspondientes ideas de prevención y promoción de salud.
Podríamos pensar  entonces,  que resulta obvia la relevancia social y humana presente en la producción de la salud, aun en el contexto de las relaciones económicas capitalistas, que cualquier consideración al respecto podría parecer redundante e innecesaria. Sin embargo las reflexiones científicas de los últimos años, niegan tal aseveración en la actualidad latinoamericana.
La manera como el saber medico se ha desarrollado a través de la historia y el uso de ese conocimiento, la organización de los sistemas de salud en el mundo, las formas históricas de la relación médico- paciente, (conocidas y en circunstancias practicadas por quien escribe) las diferencias e inequidades en los accesos a la atención médica, (vivida durante muchas décadas en Venezuela y Latinoamérica) los avances científico- tecnológicos y sus impactos, algunas veces negativos, son muestras de ello durante los procesos de modernización capitalista.
La presencia del positivismo dentro de la medicina, no sólo en la interpretación de la teoría, sino también en sus implicaciones prácticas, exigieron conocer cómo es que esta línea filosófica penetró dentro del complejo científico médico y cuáles fueron los argumentos sostenidos, aún presentes, para que durante más de medio siglo mostrara una efectividad que sólo los peligros que entrañan una creciente deshumanización han puesto en crisis.
En otro perspectiva, y enfatizando la crítica al carácter enajenante de las subjetividades, producidas por el capitalismo, en relación con la interpretación c simplificada de la salud, emergen los ideales de la medicina social, la organización de la salud pública en los antiguos países socialistas, con sus correspondientes ideales de promoción y prevención de salud, el psicoanálisis freudiano, entre las respuestas ético-reflexivas que a principios del siglo XX, emergieron como resultado del reduccionismo imperante, por las concepciones positivistas, en el análisis del fenómeno salud.
Si ilustramos con el pensamiento de Freud, es posible plantear cómo el psicoanálisis emergió como una teoría "materialista sexual-revolucionaria", que podría servir para explicar algunas desviaciones y enfermedades surgidas en la sociedad.
Se trataba de una evaluación subversiva de los fundamentos morales de la sociedad burguesa y el reconocimiento de que los deseos del individuo son incompatibles con las normas de una cultura basada en la represión y la dominación.
El problema consistía, entre otros, en la necesidad de criticar el esquema tradicional impuesto por la ilustración, entre el sujeto y el objeto del conocimiento, la comprensión mecánica de la relación médico -paciente y la conversión de este último, en objeto de manipulación.
Freud, valorando la relación de subordinación del paciente respecto al médico, durante la hipnosis, se encargó de mostrar, la exigencia de restablecer la simetría que una verdadera relación humana, debiera desarrollar, entre ellos.
Sin embargo, durante el proceso de consolidación del capitalismo, sus aproximaciones tecno-científicas y los códigos médico-psicológicos propuestos por él, sirvieron para legitimar nuevos modos de dominación. De modo que cualquier desplazamiento de las formas de vida, de aquellas aceptadas como válidas, por el modelo de hombre de la sociedad post-industrial, deberá y requerirán pronta corrección.
La característica anteriormente apuntada, es estudiada en los trabajos de Michel Foucault, (1973) el que permite visualizar las sutiles formas en que la medicina, dentro del capitalismo, se introduce en los cuerpos, tanto del individuo como de la sociedad, desarrollando mecanismos de dominación más ocultos que los económicos y políticos.
El denominado bio - poder, presentado por él, se refiere a las formas de dominación emergentes del conocimiento, donde, las instancias administrativas y médicas se interrelacionan como nunca antes, en el control de la natalidad, fecundidad y la higiene colectiva, ocurriendo una transición de las formas clásicas de coacción, por otro tipo de dominación, que apela a las capacidades de los individuos a aceptar en forma flexible los cambios, para sobrevivir en un mundo, signado por la competencia.
En esa misma dirección, analiza el polémico problema de la población, en este caso, objeto de la bio-política, dentro de los fenómenos que atañen a toda sociedad tardo-capitalista. Exponiendo cómo los problemas y vicisitudes que enfrentan los sectores menos favorecidos, frente a la cambiante realidad, su lucha por integrarse y participar en la sociedad, constituye únicamente una responsabilidad individual y no del estado, como integrantes de la población mundial.
Sólo intento ejemplificar la importancia que tiene reflexionar, en correspondencia con la responsabilidad, en el examen del conocimiento médico, en la civilización occidental. En el estudio del proceso de producción del mismo, de los grupos de personas que llevan a cabo este saber, a los contextos en los cuales se desarrollan los intereses que representan, en fin, en el análisis de los múltiples vínculos entre la medicina y la sociedad.
La reflexión como herramienta (desde la perspectiva crítico transformadora inaugurada por el marxismo original), en la evaluación de las visiones aportadas por el positivismo en general y en particular en la medicina, conducen a la emergencia de la ética y hacia un nuevo encuentro con ella. En el sentido de entenderla como parte consustancial del conocimiento y de nuestro que hacer, tanto en lo social general, como en lo médico.
La  toma de conciencia y comprensión actual de fenómenos sociales y humanos, como, el tránsito civilizado hacia una nueva época, el despliegue de la conciencia ecológica, los profundos cuestionamientos que la medicina ha generado en la vida cotidiana, lo que sin dudas propicia una reflexión de naturaleza filosófica y que también proponen una invitación a cambiar.
Sugieren el desarrollo de una auténtica revolución en el plano de la axiología, de modo que fecundando a todo tipo de saber, pueda ser asumida con sentido de responsabilidad, la verdadera globalidad y urgencia, de los problemas que hoy por hoy, vive el hombre.
Desarrollos teóricos contemporáneos, como la Bioética o los estudios sociales de la ciencia y la tecnología,  deben constituir hoy espacios de discusión obligados a la academia venezolana. Se trata de ser conscientes o no de estas transformaciones. En nuestro caso, el asunto es medicina positivista o medicina humana, esa es la cuestión. Dejo entonces al lector y si es posible colega, la invitación a tomar un rol protagónico que de algún modo se nos exige en los pasillos de cada hospital de nuestra querida  Venezuela.


[1] MEDICO CIRUJANO. Egresada de UCLA Barquisimeto. Residente de Imagenología  del Hospital Coromoto. Cursante del Postgrado Conveninio Universidad Bolivariana de Venezuela- Hospital Coromoto. Este trabajo fue realizado como parte del debate de la Unidad Curricular Analisis Socio politico y derecho a la saludo que imparte el Prof. Oswaldo Garrido. Julio 2012

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