Dra. Maikely Mendoza de Schwab.[1]
Tratare de expresar algunas reflexiones y quizás
un análisis ético, tomando en cuenta algunas perspectivas dentro de la teoría
social, en el estudio de las ciencias y
tecnologías médicas, justamente, porque ellas han contribuido, en forma muy
eficiente, a los cambios sociales trascendentales ocurridos dentro del todo
social y son innumerables los logros sociales debidos al desarrollo de estas
tecno-ciencias.
Sin embargo,
resulta imprescindible acotar cómo los resultados del conocimiento médico se
impactan, de manera diferente cuando son utilizados de manera positivista e
instrumental, que cuando se desarrollan y analizan desde una perspectiva ético
- reflexiva.
El surgimiento de la medicina
como ciencia, después de haber internalizado los paradigmas anatomo-clínicos,
fisio-patológicos y etio-patológicos, éste último consolidado con las
investigaciones de Pasteur y su teoría sobre el origen de las enfermedades,
tuvieron como resultado un avance de tal magnitud, que el conocimiento médico,
en el contexto de las relaciones capitalistas, expresándose en el desarrollo
paralelo de otras ciencias, conocidas muy bien por nosotros como son la
epidemiología, la inmunología, el uso sistemático de las estadísticas médicas o
también llamada bioestadística, acompañadas del desarrollo de la administración
y la salud públicas, así como la medicina social, con sus correspondientes
ideas de prevención y promoción de salud.
Podríamos
pensar entonces, que resulta obvia la relevancia social y
humana presente en la producción de la salud, aun en el contexto de las
relaciones económicas capitalistas, que cualquier consideración al respecto
podría parecer redundante e innecesaria. Sin embargo las reflexiones científicas
de los últimos años, niegan tal aseveración en la actualidad latinoamericana.
La manera como el saber medico se
ha desarrollado a través de la historia y el uso de ese conocimiento, la
organización de los sistemas de salud en el mundo, las formas históricas de la
relación médico- paciente, (conocidas y en circunstancias practicadas por quien
escribe) las diferencias e inequidades en los accesos a la atención médica,
(vivida durante muchas décadas en Venezuela y Latinoamérica) los avances
científico- tecnológicos y sus impactos, algunas veces negativos, son muestras
de ello durante los procesos de modernización capitalista.
La presencia del
positivismo dentro de la medicina, no sólo en la interpretación de la teoría,
sino también en sus implicaciones prácticas, exigieron conocer cómo es que esta
línea filosófica penetró dentro del complejo científico médico y cuáles fueron
los argumentos sostenidos, aún presentes, para que durante más de medio siglo
mostrara una efectividad que sólo los peligros que entrañan una creciente
deshumanización han puesto en crisis.
En otro perspectiva, y
enfatizando la crítica al carácter enajenante de las subjetividades, producidas
por el capitalismo, en relación con la interpretación c simplificada de la
salud, emergen los ideales de la medicina social, la organización de la salud
pública en los antiguos países socialistas, con sus correspondientes ideales de
promoción y prevención de salud, el psicoanálisis freudiano, entre las
respuestas ético-reflexivas que a principios del siglo XX, emergieron como
resultado del reduccionismo imperante, por las concepciones positivistas, en el
análisis del fenómeno salud.
Si ilustramos
con el pensamiento de Freud, es posible plantear cómo el psicoanálisis emergió
como una teoría "materialista sexual-revolucionaria", que podría
servir para explicar algunas desviaciones y enfermedades surgidas en la
sociedad.
Se
trataba de una evaluación subversiva de los fundamentos morales de la sociedad
burguesa y el reconocimiento de que los deseos del individuo son incompatibles
con las normas de una cultura basada en la represión y la dominación.
El
problema consistía, entre otros, en la necesidad de criticar el esquema
tradicional impuesto por la ilustración, entre el sujeto y el objeto del
conocimiento, la comprensión mecánica de la relación médico -paciente y la
conversión de este último, en objeto de manipulación.
Freud, valorando la relación de
subordinación del paciente respecto al médico, durante la hipnosis, se encargó
de mostrar, la exigencia de restablecer la simetría que una verdadera relación
humana, debiera desarrollar, entre ellos.
Sin embargo, durante el proceso
de consolidación del capitalismo, sus aproximaciones tecno-científicas y los
códigos médico-psicológicos propuestos por él, sirvieron para legitimar nuevos
modos de dominación. De modo que cualquier desplazamiento de las formas de
vida, de aquellas aceptadas como válidas, por el modelo de hombre de la
sociedad post-industrial, deberá y requerirán pronta corrección.
La
característica anteriormente apuntada, es estudiada en los trabajos de Michel
Foucault, (1973) el que permite visualizar las sutiles formas en que la
medicina, dentro del capitalismo, se introduce en los cuerpos, tanto del
individuo como de la sociedad, desarrollando mecanismos de dominación más
ocultos que los económicos y políticos.
El denominado bio - poder, presentado
por él, se refiere a las formas de dominación emergentes del conocimiento,
donde, las instancias administrativas y médicas se interrelacionan como nunca
antes, en el control de la natalidad, fecundidad y la higiene colectiva,
ocurriendo una transición de las formas clásicas de coacción, por otro tipo de
dominación, que apela a las capacidades de los individuos a aceptar en forma
flexible los cambios, para sobrevivir en un mundo, signado por la competencia.
En esa misma dirección, analiza
el polémico problema de la población, en este caso, objeto de la bio-política,
dentro de los fenómenos que atañen a toda sociedad tardo-capitalista.
Exponiendo cómo los problemas y vicisitudes que enfrentan los sectores menos
favorecidos, frente a la cambiante realidad, su lucha por integrarse y
participar en la sociedad, constituye únicamente una responsabilidad individual
y no del estado, como integrantes de la población mundial.
Sólo intento ejemplificar la
importancia que tiene reflexionar, en correspondencia con la responsabilidad,
en el examen del conocimiento médico, en la civilización occidental. En el
estudio del proceso de producción del mismo, de los grupos de personas que
llevan a cabo este saber, a los contextos en los cuales se desarrollan los
intereses que representan, en fin, en el análisis de los múltiples vínculos
entre la medicina y la sociedad.
La reflexión
como herramienta (desde la perspectiva crítico transformadora inaugurada por el
marxismo original), en la evaluación de las visiones aportadas por el
positivismo en general y en particular en la medicina, conducen a la emergencia
de la ética y hacia un nuevo encuentro con ella. En el sentido de entenderla
como parte consustancial del conocimiento y de nuestro que hacer, tanto en lo
social general, como en lo médico.
La toma de conciencia y comprensión actual de
fenómenos sociales y humanos, como, el tránsito civilizado hacia una nueva
época, el despliegue de la conciencia ecológica, los profundos cuestionamientos
que la medicina ha generado en la vida cotidiana, lo que sin dudas propicia una
reflexión de naturaleza filosófica y que también proponen una invitación a cambiar.
Sugieren
el desarrollo de una auténtica revolución en el plano de la axiología, de modo
que fecundando a todo tipo de saber, pueda ser asumida con sentido de
responsabilidad, la verdadera globalidad y urgencia, de los problemas que hoy
por hoy, vive el hombre.
Desarrollos teóricos
contemporáneos, como la
Bioética o los estudios sociales de la ciencia y la
tecnología, deben constituir hoy
espacios de discusión obligados a la academia venezolana. Se trata de ser
conscientes o no de estas transformaciones. En nuestro caso, el asunto es
medicina positivista o medicina humana, esa es la cuestión. Dejo entonces al
lector y si es posible colega, la invitación a tomar un rol protagónico que de
algún modo se nos exige en los pasillos de cada hospital de nuestra
querida Venezuela.
[1] MEDICO CIRUJANO.
Egresada de UCLA Barquisimeto. Residente de Imagenología del Hospital Coromoto. Cursante
del Postgrado Conveninio Universidad Bolivariana de Venezuela- Hospital
Coromoto. Este trabajo fue realizado como parte del debate de la Unidad Curricular Analisis
Socio politico y derecho a la saludo que imparte el Prof. Oswaldo Garrido. Julio
2012
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