miércoles, 3 de agosto de 2011

EL SOCIALISMO Y SISTEMA PÚBLICO NACIONAL DE SALUD VENEZOLANA:

 Por: DR. TULIO CHACIN
El socialismo del siglo XXI es un concepto que aparece en la escena mundial en 1996, a través de Heinz Dieterich Steffan. []El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo revolucionario que bebe directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base. Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha de clases.

Dieterich profundiza la teoría marxista y la actualiza en el mundo de hoy, incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una sociedad libre de explotación. Resumiendo, el socialismo del siglo XXI supone que es necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.
En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria. Donde se  asume el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad. Además, este socialismo no está predefinido. Hay que transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”.[]
Socialismo en un paradigma liberal,[] en el cual el autor opina que en el mundo está en curso una extensa realineación ideológica, consecuencia del cambio de paradigma en curso en la economía; el viejo modelo ha muerto, pero todavía no han aparecido los nuevos criterios que permitirán la realineación conceptual.
Para contribuir a la búsqueda de dichos criterios, propone releer la historia de la economía política, porque en su opinión algunos de ellos no logran hacerse manifiestos por confusiones conceptuales en esa disciplina: la primera, ocurrida a lo largo de los doscientos últimos años, identificó al capitalismo con el liberalismo; la segunda, ocurrida en este siglo, identificó al socialismo con el estatismo. Su tesis es que el camino más espedito para alcanzar la sociedad más justa a la que todos anhelamos, se consigue con una alianza entre el socialismo y el liberalismo, una vez que el socialismo haya dejado a un lado al estatismo y el liberalismo haya dejado a un lado al capitalismo.

 

El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo revolucionario que bebe directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base.

Tiene como meta una de Democracia de Calidad Total que constituye una metodología de mejora continua del sistema democrático. Esta metodología es aplicada desde un punto de vista de principios.
Sus principios:

Orientación al Ciudadano: el ciudadano es productor de Democracia. Constituye medio y fin. La cadena se detiene cuando un ciudadano # Identificación de Agentes: Comunidad ideológica o política, comunidad territorial, comunidad socio-económica. Instrumento: Parlamento Tricameral (Senado/Parlamento/Cámara Socio-Económica).
Principio de Autodeterminación: todos participan en la comunicación y determinación de metas. Que se basan en la nueva ética socialista, la suprema felicidad social, democracia protagónica y revolucionaria, modelo productivo socialista, en la nueva geopolítica nacional, en la potencia energética  mundial y la nueva geopolítica internacional.
El socialismo no es fácil de construir porque es un fenómeno nuevo respecto al capitalismo, pero es anhelo creciente y conciente de la humanidad para avanzar en forma planificada y solidaria hacia la satisfacción de necesidades materiales, culturales y espirituales de sociedades, países, empresas e instituciones estatales y no estatales.

Para poder implantar el Socialismo en Venezuela, tenemos que enfrentarnos a varias amenazas. Existen en el proceso bolivariano factores internos muy fuertes que pueden afectar la implantación del modelo económico socialista del Siglo XXI en Venezuela. También amenazas externas, la principal es el imperialismo norteamericano y sus intereses, ya que  ellos necesitan un desarrollo que llaman sustentable o sostenible. Para lograrlo necesitan de nuestros recursos naturales, ya que ese desarrollo está basado en el consumo de materias primas baratas, de las cuales hace ya tiempo que no se autoabastecen. Venezuela está pasando a ser una de las reservas petroleras más grandes del mundo, a corta distancia del territorio norteamericano, y constituye una fuente de abastecimiento que no van a dejar pasar.

EL SISTEMA PÚBLICO NACIONAL DE SALUD VENEZOLANO: NUEVA INSTITUCIONALIDAD:

La situación de salud  será compatible con la calidad de vida propia de una sociedad socialista bolivariana.
Construido el Sistema Público Nacional de Salud universal, gratuito, con un modelo de atención integral, con la máxima capacidad científico-técnica, y que garantiza la intersectorialidad para la intervención en los determinantes de la salud. 

 En todos los niveles de gestión del SPNS estarán operando mecanismos de participación activa de la población organizada y de los órganos del Poder Popular correspondiente, con funciones de corresponsabilidad, planificación participativa y contraloría social. 

La propuesta de un Sistema Público Nacional de Salud se concibe como la construcción de un Sistema Único de Salud. Se trata de una reconstrucción o nueva construcción institucional, que integra, no sólo las distintas instituciones y organizaciones del sector gubernamental, sino además la atención privada hoy pagada por fondos públicos y las respuestas solidarias de la sociedad.
El propósito de esta unicidad es lograr que cualquier ciudadano o ciudadana que toque las puertas de cualquiera de los servicios, entre a un sistema en cuyo interior se organiza de manera racional la totalidad de los recursos requeridos para responder a las necesidades de las personas, contando con todos los centros prestacionales que componen el sector salud de Venezuela.

Hablamos de crear un sistema de salud universal e integral, lo cual supone el objetivo superior de la igualdad social; pero en sociedades como la que tenemos por herencia cuarta republicana es necesario adoptar políticas dirigidas a superar las desigualdades sociales injustas, innecesarias y evitables y crear las condiciones para un sistema igualitario, de manera que la equidad entre clases, géneros, etnias y generaciones, y su configuración en territorios sociales, se constituya en elemento orientador en la formulación de las políticas, así como en la distribución de los recursos y la evaluación de sus resultados. Es decir, no es suficiente mejorar el perfil general, es necesario que los avances disminuyan la distancia entre los mejor y los peor ubicados en la estructura de la sociedad.

Lo dicho revela una tríada indisociable entre universalidad e integralidad de los derechos y justicia en la creación de las condiciones para que los mismos sean ejercidos sin exclusiones por el conjunto de los habitantes. Aplicada al Sistema Nacional de Salud, esa tríada implica una organización capaz de generar respuestas en escala y calidad para todo el territorio nacional y toda la población, enfatizando en la equidad para los grupos sociales más rezagados. 

Partimos de una visión que ubica la salud como un producto social y por tanto identifica sus determinantes sociales, la exposición de la sociedad al impacto de esos determinantes, la caracterización y cuantificación del daño causado y las consecuencias de ese daño; lo cual implica, a su vez, reconocer que para alcanzar salud como derecho pleno tenemos que configurar políticas que afecten tanto esos determinantes cuanto el alcance de sus daños y consecuencias. 

En función de tal propósito es preciso coordinar transectorialmente las políticas que puedan producir salud y expresar esta coordinación en los territorios sociales donde vive y trabaja la gente. Dicho de otro modo, no es suficiente proveer servicios de salud, sino que es necesario coordinar su implementación con la de otros servicios sociales, desde la formulación de políticas hasta su manifestación concreta en los ámbitos correspondientes y la evaluación de su impacto combinado. Tal necesidad resulta evidente cuando se examinan temas como los traumatismos o las diarreas, en los cuales la mejoría de las condiciones sociales, ambientales y de acceso a las políticas y servicios públicos, tiene mucho mayor impacto que el simple tratamiento de los episodios médicos, aunque la disponibilidad calificada de éstos sea necesaria y obligatoria.

La aplicación de esta visión a la realidad necesita un reordenamiento programático en forma y contenido, una nueva praxis en el tratamiento de la salud y sus determinantes sociales.

La garantía de avance en este terreno se encuentra en la difusión y consolidación de los colegiados de redes y líneas de atención, es decir, los espacios de participación efectiva del personal total del sector salud, los cuales conformarán las bases para una operación de sistema resultante de compromisos, metas y estándares de calidad establecidos en forma convergente y compartida.

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Médico residente. Cursante de la especialización Hospital Coromoto-UBV. Este documento es el resultado de los debates realizados en la prosecución de la Unidad Curricular Dimensión Sociopolítica y derecho a la salud en Venezuela, impartida por el Profesor Oswaldo Garrido.

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